19/08/2021, 00:51
El Torreón de la Arashikage parecía tan ajetreada como siempre. Era dificil encontrar una sola mañana en que no hubiese docenas de personas entrando y saliendo del lugar cada minuto. Gente que venía a pedir misiones, que llegaba de una o que tenía que hacer algún otro tramite administrativo. Además de los trabajadores del lugar, que no eran pocos.
En todo ese barullo, Kimi y Jun pasaron desapercibidas y fueron atendidas por un amable chunnin que les ofreció una misión solo verles la bandana y la cara de novatas.
Y sin comerlo ni beberlo, ambas estaban en la puerta con una misión en conjunto. ¡Ni siquiera se conocían y ese señor había asumido que iban juntas! ¿Es que no pueden entrar dos genins a pedir cada una una misión por separado? ¡¿Qué clase de obsesión tenía la gente con que las misiones D las hiciesen de dos en dos?!
El pergamino descansaba en las manos de Kaminari Kimi, su buena fama resonaba incluso en el edificio más importante de la villa, o por lo menos, el chunnin la conocía.
En todo ese barullo, Kimi y Jun pasaron desapercibidas y fueron atendidas por un amable chunnin que les ofreció una misión solo verles la bandana y la cara de novatas.
Y sin comerlo ni beberlo, ambas estaban en la puerta con una misión en conjunto. ¡Ni siquiera se conocían y ese señor había asumido que iban juntas! ¿Es que no pueden entrar dos genins a pedir cada una una misión por separado? ¡¿Qué clase de obsesión tenía la gente con que las misiones D las hiciesen de dos en dos?!
El pergamino descansaba en las manos de Kaminari Kimi, su buena fama resonaba incluso en el edificio más importante de la villa, o por lo menos, el chunnin la conocía.