21/08/2021, 19:06
Yota le detuvo del brazo. Daruu tensó todo su cuerpo durante unos segundos, luego respiró hondo y contestó:
—En realidad, la misión ya está terminada —dijo—. Pero como quieras. Eso sí, yo ya paso de hablar más con ella.
Justo entonces Hada salió tras ellos y, desde el marco de la puerta, lanzó una serie de excusas que Daruu para nada comprendió. Bueno, sí que comprendía los argumentos, pero era de esperar que hubiese reaccionado con miedo, o como mínimo con interés, si antes de aquello eran un pueblo normal, con vidas normales, como decía ella.
Es curioso. La gente creía en los dioses, les rezaba todas las noches, y ponían velas y otras ofrendas a los muertos de su familia. Pero claro, es mucho más fácil creer teóricamente y para lo que a ti te interesa en esas cosas que admitir que han sido muy reales durante una noche, y para mal.
—Yo no tengo el cuerpo para fiestas —zanjó Daruu, sin emplear más palabras de las necesarias—: marcharé enseguida e informaré a Amegakure. Además, sigue usted insistiendo en celebrar esa estúpida fiesta. Como mínimo debería haber un luto.
«Pero estoy seguro que usted sabe mucho más de gobernar que yo.»
Se dio la vuelta y se marchó.
—En realidad, la misión ya está terminada —dijo—. Pero como quieras. Eso sí, yo ya paso de hablar más con ella.
Justo entonces Hada salió tras ellos y, desde el marco de la puerta, lanzó una serie de excusas que Daruu para nada comprendió. Bueno, sí que comprendía los argumentos, pero era de esperar que hubiese reaccionado con miedo, o como mínimo con interés, si antes de aquello eran un pueblo normal, con vidas normales, como decía ella.
Es curioso. La gente creía en los dioses, les rezaba todas las noches, y ponían velas y otras ofrendas a los muertos de su familia. Pero claro, es mucho más fácil creer teóricamente y para lo que a ti te interesa en esas cosas que admitir que han sido muy reales durante una noche, y para mal.
—Yo no tengo el cuerpo para fiestas —zanjó Daruu, sin emplear más palabras de las necesarias—: marcharé enseguida e informaré a Amegakure. Además, sigue usted insistiendo en celebrar esa estúpida fiesta. Como mínimo debería haber un luto.
«Pero estoy seguro que usted sabe mucho más de gobernar que yo.»
Se dio la vuelta y se marchó.