1/09/2021, 18:28
Las chicas irían hablando tranquilamente de camino al extraño lugar donde se suponía que se alzaba la misteriosa Casa de los Misterios. La conversación las distrajo hasta el punto de que casi pasan de largo, dandose cuenta poco antes de llegar de que ya estaban en la calle citada en el pergamino.
Y es que... La Casa De Los Misterios... era una casa normal.
Tan normal como podía ser cualquier casa de Amegakure. Entre dos bloques de pisos se alzaba una casa que como mucho podría tener tres pisos por altura. Sin embargo, apenas había tres ventanas dispersas por la fachada de forma caotica y sin seguir un patrón claro. No se veía a través de ellas así que buenamente podrían ser simple decoración. Podrían saber que era La Casa De Los Misterios porque había un grabado que así lo informaba sobre la única puerta que se veía.
Si una de las dos kunoichi intentaba abrirla, notarían que no se movía. Era una enorme puerta de metal que parecía ser corredera pero que ni siquiera hacía el intento de moverse. No es que se pudiese mover un poco pero hiciese enganche como si tuviese puesto el pestillo. No se movía hacia ningún lado, ninguna distancia. Podría ser una manija pegada a la pared directamente.
Tal vez... entrar por la puerta... era el verdadero misterio.
Y es que... La Casa De Los Misterios... era una casa normal.
Tan normal como podía ser cualquier casa de Amegakure. Entre dos bloques de pisos se alzaba una casa que como mucho podría tener tres pisos por altura. Sin embargo, apenas había tres ventanas dispersas por la fachada de forma caotica y sin seguir un patrón claro. No se veía a través de ellas así que buenamente podrían ser simple decoración. Podrían saber que era La Casa De Los Misterios porque había un grabado que así lo informaba sobre la única puerta que se veía.
Si una de las dos kunoichi intentaba abrirla, notarían que no se movía. Era una enorme puerta de metal que parecía ser corredera pero que ni siquiera hacía el intento de moverse. No es que se pudiese mover un poco pero hiciese enganche como si tuviese puesto el pestillo. No se movía hacia ningún lado, ninguna distancia. Podría ser una manija pegada a la pared directamente.
Tal vez... entrar por la puerta... era el verdadero misterio.