10/09/2021, 12:59
La sorpresa se mezcló con la incredulidad, y terminó aderezándose con la emoción en el rostro de Ranko.
—Me está... Ahora, yo... M-mi Señora Morikage, yo... —Entre bruscos tartamudeos, la muchacha se quedó sin palabras durante varios segundos—. ¡E-e-es todo u-un honor! ¡Sí! ¡L-le agradezco tanto! Pero yo... ¿E-está segura? ¡Di-digo...! Si-Siento que yo... Yo...
La Morikage le dedicó una sonrisa. Una sonrisa agridulce, dadas las circunstancias, pero una sonrisa al fin y al cabo.
—Claro que estoy segura. Ya llevaba tiempo pensándolo, desde esa tragedia en el Valle de los Dojos, concretamente. Tu desempeño en el estadio fue excelente. Sólo desearía haber hecho esto en unas condiciones más... agradables para todos —agregó, su rostro ensombreciéndose.
Ranko se reincorporó de golpe e inclinó el cuerpo en una profunda reverencia que casi le hizo dar con la nariz en el suelo.
—Pido una disculpa, esto... me abruma. Pero agradezco la confianza que deposita e-en mí. Y m-me siento... de lo más honrada. Daré todo de mí para no defraudarla, mi Señora Morikage. Ni a usted ni a Kusagakure.
—Sé que no lo harás, Ranko. Sé que no lo harás. Tienes mi plena confianza. Ahora, regresa a casa, estoy segura de que te vendrá bien un buen descanso.
Algo que ella no podría permitirse. Tenía que poner al corriente de lo ocurrido a sus dos manos más cercanas y establecer un plan de acción para los próximos días. Con Zaide acechando, no podían permitirse andarse con chiquitas.
—Me está... Ahora, yo... M-mi Señora Morikage, yo... —Entre bruscos tartamudeos, la muchacha se quedó sin palabras durante varios segundos—. ¡E-e-es todo u-un honor! ¡Sí! ¡L-le agradezco tanto! Pero yo... ¿E-está segura? ¡Di-digo...! Si-Siento que yo... Yo...
La Morikage le dedicó una sonrisa. Una sonrisa agridulce, dadas las circunstancias, pero una sonrisa al fin y al cabo.
—Claro que estoy segura. Ya llevaba tiempo pensándolo, desde esa tragedia en el Valle de los Dojos, concretamente. Tu desempeño en el estadio fue excelente. Sólo desearía haber hecho esto en unas condiciones más... agradables para todos —agregó, su rostro ensombreciéndose.
Ranko se reincorporó de golpe e inclinó el cuerpo en una profunda reverencia que casi le hizo dar con la nariz en el suelo.
—Pido una disculpa, esto... me abruma. Pero agradezco la confianza que deposita e-en mí. Y m-me siento... de lo más honrada. Daré todo de mí para no defraudarla, mi Señora Morikage. Ni a usted ni a Kusagakure.
—Sé que no lo harás, Ranko. Sé que no lo harás. Tienes mi plena confianza. Ahora, regresa a casa, estoy segura de que te vendrá bien un buen descanso.
Algo que ella no podría permitirse. Tenía que poner al corriente de lo ocurrido a sus dos manos más cercanas y establecer un plan de acción para los próximos días. Con Zaide acechando, no podían permitirse andarse con chiquitas.