12/09/2021, 11:25
(Última modificación: 12/09/2021, 17:54 por Uchiha Akame. Editado 1 vez en total.)
Juro parecía tenerlo claro: no sólo quería ser poderoso, sino que sabía que de ello dependía su propia vida. Akame asintió sin decir más, pues la respuesta del jinchūriki le había dejado poco margen para añadir nada. Era tan honesta y certera con un flechazo entre ceja y ceja, una que incluso podría haber dado él mismo años atrás; cuando Zaide y su cuadrilla habían secuestrado a la bella Kageyama Koko, y Dragón Rojo había terminado por asesinarla. En ese momento un joven y confuso Akame se había jurado a sí mismo que se volvería el ninja más poderoso sobre la faz de Ōnindo con tal de no tener que sufrir una pérdida semejante...
— Supongo que, en este momento, quiero ser lo suficiente poderoso como para vivir por mi mismo y llegar hasta el final del camino que escoja, aunque eso signifique la corrupción.
—Eso puedo respetarlo —acabó por sentenciar.
Al fin y al cabo, ¿quién era él para decirle que no, que aquel precio siempre sería más de lo que cualquiera pudiese pagar?
El Uchiha apuró el cigarrillo y lanzó la colilla a la hoguera.
—Sólo te daré una advertencia, compañero —dijo al fin—. Cuando era un joven ninja, mi maestro me dijo una vez: "un gran poder conlleva una gran responsabilidad". Pero mucho tiempo después entendí que no tiene nada que ver con responsabilidades o deberes, sino con una carga. Un gran poder conlleva una gran carga, y cuanto más poderoso se es, más pesada se vuelve. No importa lo que creas o dejes de creer: nadie puede soportar una carga así, no eternamente.
Su rostro demacrado, su olor a sake y los dientes amarillentos por el tabaco parecían darle —muy gráficamente— la razón. Miró a Juro una vez más, arrebujado en su raída manta de viaje.
—Aquel que vive por la espada, muere por la espada. De eso no tengo duda alguna.
— Supongo que, en este momento, quiero ser lo suficiente poderoso como para vivir por mi mismo y llegar hasta el final del camino que escoja, aunque eso signifique la corrupción.
—Eso puedo respetarlo —acabó por sentenciar.
Al fin y al cabo, ¿quién era él para decirle que no, que aquel precio siempre sería más de lo que cualquiera pudiese pagar?
El Uchiha apuró el cigarrillo y lanzó la colilla a la hoguera.
—Sólo te daré una advertencia, compañero —dijo al fin—. Cuando era un joven ninja, mi maestro me dijo una vez: "un gran poder conlleva una gran responsabilidad". Pero mucho tiempo después entendí que no tiene nada que ver con responsabilidades o deberes, sino con una carga. Un gran poder conlleva una gran carga, y cuanto más poderoso se es, más pesada se vuelve. No importa lo que creas o dejes de creer: nadie puede soportar una carga así, no eternamente.
Su rostro demacrado, su olor a sake y los dientes amarillentos por el tabaco parecían darle —muy gráficamente— la razón. Miró a Juro una vez más, arrebujado en su raída manta de viaje.
—Aquel que vive por la espada, muere por la espada. De eso no tengo duda alguna.