12/09/2021, 18:21
(Última modificación: 12/09/2021, 22:26 por Nara Jun. Editado 1 vez en total.
Razón: Me olvidé de la aclaración
)
«Por fín.» La tranquilidad reinaba su casa. El único que podía irrunpirla era Hinata. Y, siendo sinceros, es el que menos molesta de los 5 que conforman su familia.
Dejó caer su cuerpo en su tan cómoda cama. Lo acompañó con un suspiro aliviado y giró su cabeza hacia la mesita de luz. Allí posaba la historia que dejó a medias. Tantas líneas por leer aún. Agarró el dichoso y lo abrió. Finalmente...
—¡JUUUUUN! — nuevamente, la chica saltó. —PUERTA.
Bufó con fuerza y se levantó instantáneamente. Lanzó lo que tenía en sus manos a la cama y fue directo a la puerta. Obviamente, no sin antes hacerle llegar un insulto a su hermano que se encontraba en el baño.
Abrió la puerta, ansiosa y apurada, esperando que resuelva aquel asunto rápido.
—Buenas buenas ¿A quien bus-
«Que carajos. Otra vez.»
—Heeey ¿Qué pasa mi perro? — le regaló una sonrisa al doberman, aunque nuevamente la haya interrumpido.
Esta vez, tomó el pergamino sin mucho espamento y lo abrió, comenzando a leer su contenido. Suspiró, pues se tenía que ir de misión nuevamente. Al finalizar, cerró el escrito y lo guardó.
—Muchas gracias. Te daría una galleta pero no tengo.
Se metió de nuevo a la casa sin más y comenzó a prepararse. Le chocaba un poco la idea de recolectar cosas de una casa lejos de todo. Vaya a saber uno si ya hubo otra gente allí, u otros seres vivos. Pero la solicitante parecía segura en su mensaje que aún había cosas allí, sino no contrataría estos servicios.
—¿Quien e-
—Me tengo que ir. — Pasó corriendo por el pasillo, ya alistada para su misión.
Salió de su casa y comenzó a dirigirse hacia la salida de la aldea. Llevaba un ritmo más constante que rápido, pues sus piernas no eran precisamente veloces. Era más bien una caminata apurada, intentando sortear por el camino la mayor cantidad de obstáculos que se encontraba.
Hablando de obstáculos, ya llegando a la salida, vio una persona con paraguas. Para ella un artilugio incómodo y, en Amegakure, irónico. Como un chiste de mal gusto. Un músico sordo, un pintor ciego, un cantante mudo. Ni se giró a mirarlo, ya que estaba algo apurada buscando una persona con bandana.
Comenzó a aminorar la marcha y se quedó mirando hacia sus alrededores, buscando a su dichoso compañero.