La burocracia. No podía ser otra cosa, ¿no? O eso intentaba pensar Jun, porque le daba cierta desconfianza aquel lugar. Tenía que darle el beneficio de la duda, ya que el hombre no mostró ser hostil, sino todo lo contrario.
Vio la entrada hacia la tan fabulosa Casa de los Misterios. O así la pintaba el hombre, que no se cansaba de remarcar lo increíble que iba a ser la experiencia. Sabía bien como hacer su trabajo, eso parecía, porque le generó mucha curiosidad de si lo que decía era verdad. Un buen vendedor sin duda.
—Si, vamos a patearles el culo a esos misterios. — sonreía jocosa, aunque no pudo mirar a la otra chica.
La verdad que no estaba tan emocionada como parecía que lo estaba Kimi, pero si sentía una incertidumbre sobre lo que había allí dentro.
De una forma u otra, siguio a su compañera y se adentró con ella a la tan dichosa casa.
Vio la entrada hacia la tan fabulosa Casa de los Misterios. O así la pintaba el hombre, que no se cansaba de remarcar lo increíble que iba a ser la experiencia. Sabía bien como hacer su trabajo, eso parecía, porque le generó mucha curiosidad de si lo que decía era verdad. Un buen vendedor sin duda.
—Si, vamos a patearles el culo a esos misterios. — sonreía jocosa, aunque no pudo mirar a la otra chica.
La verdad que no estaba tan emocionada como parecía que lo estaba Kimi, pero si sentía una incertidumbre sobre lo que había allí dentro.
De una forma u otra, siguio a su compañera y se adentró con ella a la tan dichosa casa.