12/09/2021, 23:58
Al abrir la puerta verían otra habitación más o menos del mismo tamaño y dimensiones que la que dejaban atrás. Lo primero que verían era el pequeño mostrador que había solo entrar a la derecha. Tras él, estaba el joven que les había abierto en primera instancia, solo que ahora llevaba un sombrero de copa negro y una capa de exterior negro e interior rojo.
— ¡Bienvenidas! Pasad, pasad, ¡y preparaos! — les hizo el gesto de que pasasen y cerrasen la puerta.
Una vez estuviesen dentro y con plena atención, seguiría con su discurso. El mostrador tenía la superficie superior recubierta de una especie de terciopelo negro de un grosor importante y una suavidad sin igual. Sobre ella, había un trio de cubiletes que parecían estar recubiertos del mismo material.
— Espero que estéis preparadas, porque lo que os voy a enseñar trasciende todo lo que conocéis. Sé que las kunoichis sois capaces de hacer autenticas proezas con el chakra, locuras inalcanzables para un ser humano. ¡Sin embargo! Lo que yo os voy a enseñar... ¡es magia!
Empezó a gesticular por encima de los cubiletes, que estaban bocabajo ante él, de la forma más esotérica posible y haciendo soniditos suaves con su boca como "uhhh" "waaa". Entonces levantó uno y pudieron ver que había una piedra grisácea dentro del mismo.
— Lo único que tenéis que hacer es seguir el cubilete que contiene esta piedra con vuestros ojos o vuestros oídos, cualquier cosa vale para saber qué cubilete contiene la piedra.
Esperó a que ambas preguntasen algo o diesen por entendido el asunto.
— ¡Bienvenidas! Pasad, pasad, ¡y preparaos! — les hizo el gesto de que pasasen y cerrasen la puerta.
Una vez estuviesen dentro y con plena atención, seguiría con su discurso. El mostrador tenía la superficie superior recubierta de una especie de terciopelo negro de un grosor importante y una suavidad sin igual. Sobre ella, había un trio de cubiletes que parecían estar recubiertos del mismo material.
— Espero que estéis preparadas, porque lo que os voy a enseñar trasciende todo lo que conocéis. Sé que las kunoichis sois capaces de hacer autenticas proezas con el chakra, locuras inalcanzables para un ser humano. ¡Sin embargo! Lo que yo os voy a enseñar... ¡es magia!
Empezó a gesticular por encima de los cubiletes, que estaban bocabajo ante él, de la forma más esotérica posible y haciendo soniditos suaves con su boca como "uhhh" "waaa". Entonces levantó uno y pudieron ver que había una piedra grisácea dentro del mismo.
— Lo único que tenéis que hacer es seguir el cubilete que contiene esta piedra con vuestros ojos o vuestros oídos, cualquier cosa vale para saber qué cubilete contiene la piedra.
Esperó a que ambas preguntasen algo o diesen por entendido el asunto.