15/09/2021, 20:04
El perro, quiso decir algo, pero la energía de la chica le hizo imposible no solo contestarle, sino contarle más detalles. El perro simplemente la observó irse, llevándose luego la pata a la cara. «Demonios, ¿podrá encontrar eso sin saber que es?» Pero el animal, ya había cumplido su labor de entregar el mensaje, aunque sea incompleto. Por ahora, ya las cosas dependían de ella.
En las afueras de la aldea, la lluvia seguía cayendo.
El joven Akamatsu esperaba tranquilamente, hasta que la lejanía escuchó unos pasos apresurados. El joven levemente alzó su paraguas para que sus ojos pudieran asomarse desde abajo y observarla de reojo. «Tiene ese famoso peinado de chica ruda.» Fue lo que pensó para sí, aunque físicamente no lucía tan imponente. Eso sí, la chica disminuyó la velocidad, siendo que parecía buscar algo o alguien. Nao de inmediato dedujo, que ella se trataba de la kunoichi con la que debía realizar el trabajo, pero ella por alguna razón no podía interpretar las cosas de la misma manera. Así que el muchacho suspiró.
—Nara Jun, parece usted algo extraviada~ — Diría en un tono jocoso para llamar su atención. —¿Por qué ha de buscar algo que no se ha perdido? — Su sonrisa juguetona se asomaría desde abajo del paraguas.
Pese a que la diferencia de edades no era muy grande, él seguía actuando con su hablar formal. «¿Nos llevaremos bien, o nos llevaremos mal? Averigüémoslo.» El de cabellos castaños esperaba que ella se diera cuenta de quién era él, y si no, pues tendría que ser más directo.
En las afueras de la aldea, la lluvia seguía cayendo.
El joven Akamatsu esperaba tranquilamente, hasta que la lejanía escuchó unos pasos apresurados. El joven levemente alzó su paraguas para que sus ojos pudieran asomarse desde abajo y observarla de reojo. «Tiene ese famoso peinado de chica ruda.» Fue lo que pensó para sí, aunque físicamente no lucía tan imponente. Eso sí, la chica disminuyó la velocidad, siendo que parecía buscar algo o alguien. Nao de inmediato dedujo, que ella se trataba de la kunoichi con la que debía realizar el trabajo, pero ella por alguna razón no podía interpretar las cosas de la misma manera. Así que el muchacho suspiró.
—Nara Jun, parece usted algo extraviada~ — Diría en un tono jocoso para llamar su atención. —¿Por qué ha de buscar algo que no se ha perdido? — Su sonrisa juguetona se asomaría desde abajo del paraguas.
Pese a que la diferencia de edades no era muy grande, él seguía actuando con su hablar formal. «¿Nos llevaremos bien, o nos llevaremos mal? Averigüémoslo.» El de cabellos castaños esperaba que ella se diera cuenta de quién era él, y si no, pues tendría que ser más directo.