16/09/2021, 18:22
Una voz socarrona sorprendería a ambos ninjas desde las sombras.
—¡Coño, pero si es Ho, Ho, Hotei!
El propietario de tan ocurrente chanza no era ni más ni menos que un muchacho de cabellos negros revueltos, cara desfigurada por una horrible quemadura, y ropajes sucios que cubría con una capa de viaje gastada que le llegaba hasta las pantorrillas.
El Uchiha miró primero a Daigo, prestando especial atención a su visiblemente maltrecho tren inferior.
—Más te vale ponerte bien antes de tu gran noche, o algún niño de la Ribera del Sur se quedará sin regalos —dijo, ácido. Luego miró a Zaide como si fuese la primera vez que le conocía—. Qué reno má feo, joder. Siempre me los imaginé con más pelo... Aunque de cuernos va bien servido.
¿Probablemente no se encontraría de un humor tan socarrón si no se tratase de un mero clon? Probablemente. Pero las implicaciones de una fútil existencia, tan frágil como una gota de lluvia en el viento, escapaban muchas veces al entendimiento de los seres humanos, tan apegados a sus cuerpos de carne y hueso, siempre buscando preservar su integridad física ante todo.
—¿Qué tramais, morenos? —terminó por cuestionar, con semblante ceñudo y la boca apestándole a sake. Pudiera ser esa otra de las razones de su particular verborrea aquella noche; pudiera ser.
—¡Coño, pero si es Ho, Ho, Hotei!
El propietario de tan ocurrente chanza no era ni más ni menos que un muchacho de cabellos negros revueltos, cara desfigurada por una horrible quemadura, y ropajes sucios que cubría con una capa de viaje gastada que le llegaba hasta las pantorrillas.
El Uchiha miró primero a Daigo, prestando especial atención a su visiblemente maltrecho tren inferior.
—Más te vale ponerte bien antes de tu gran noche, o algún niño de la Ribera del Sur se quedará sin regalos —dijo, ácido. Luego miró a Zaide como si fuese la primera vez que le conocía—. Qué reno má feo, joder. Siempre me los imaginé con más pelo... Aunque de cuernos va bien servido.
¿Probablemente no se encontraría de un humor tan socarrón si no se tratase de un mero clon? Probablemente. Pero las implicaciones de una fútil existencia, tan frágil como una gota de lluvia en el viento, escapaban muchas veces al entendimiento de los seres humanos, tan apegados a sus cuerpos de carne y hueso, siempre buscando preservar su integridad física ante todo.
—¿Qué tramais, morenos? —terminó por cuestionar, con semblante ceñudo y la boca apestándole a sake. Pudiera ser esa otra de las razones de su particular verborrea aquella noche; pudiera ser.