19/09/2021, 16:00
Cuando el mago empezó a mover los cubiletes, Kimi se inclinó hacia adelante para prestarle una atención total a cada movimiento. Las manos del chico se movían con algo de destreza. La suficiente como para que se notase que había practicado, pero no como para engañar a unas kunoichi.
Al final, la respuesta era tan obvia que durante un segundo pensó que debía tratarse de una tratarse de una trampa, pero como no tenía manera de saberlo con total seguridad, decidió creerle a sus ojos.
— Está en este. —Dijo, apuntando al cubilete de la derecha.
Al final, la respuesta era tan obvia que durante un segundo pensó que debía tratarse de una tratarse de una trampa, pero como no tenía manera de saberlo con total seguridad, decidió creerle a sus ojos.
— Está en este. —Dijo, apuntando al cubilete de la derecha.