21/09/2021, 10:30
Los pasos de Kokuō retumbaron con la fuerza de una estampida sobre el techo metálico del ferrocarril. No le importó en aquel momento. No tenía otra manera más silenciosa e igual de rápida para deslizarse hasta el primer vagón, y el tiempo apremiaba. Pero tendría que darse prisa, antes de que los curiosos comenzaran a asomarse y terminaran descubriéndola. Aterrizó en la cabina principal, donde un shinobi adormilado se sobresaltó ante su presencia. Tal y como le había advertido la anterior humana, intentó atacarla sin pensárselo dos veces. Kokuō tensó todos los músculos del cuerpo al verle abalanzarse con un kunai por delante, preparándose para actuar, pero un súbito y afortunado frenado les hizo tambalearse y perder el equilibrio momentáneamente.
«Bien hecho, humana.»
El shinobi había quedado con el kunai clavado en unos cartones, gimoteando dolorido, y Kokuō vio el momento perfecto para actuar. La sala de control estaba repleta de botones y palancas de diferentes tamaños, formas y colores. Durante un momento se le pasó por la cabeza el recuerdo de la Señorita, luchando contra aquel monstruo cuando perdió el control y estuvieron a punto de acabar con toda una aldea. Kokuō estaba segura de que si se paraba a estudiar todos aquellos controles acabaría encontrando el funcionamiento de los más importantes. Pero ella tenía otra solución en mente.
—Tiene dos opciones, humano —le dijo a su desgraciado acompañante, mientras se daba la vuelta hacia la entrada de la sala de máquinas y se dirigía al hueco que quedaba entre aquella y el primer vagón. Comenzó a acumular agua en su brazo derecho, que comenzó a hincharse de forma grotesca para aumentar su fuerza (Fuerza 45)—. O vuelve con el resto de humanos a Amegakure, o acude usted solo a enfrentarse a Kurama.
Kokuō se acuclilló, con la firme intención de utilizar su nueva fuerza para intentar soltar el acople entre los dos vagones. La otra humana ya había hecho parte de su trabajo frenando el ferrocarril, ahora sólo quedaba anular toda posibilidad de que pudieran volver a dirigirse hacia Yukio. ¿Qué mejor manera de hacerlo que cortando la cabeza de aquella bestia de acero? Si no lo conseguía... bueno, tendría que recurrir a un método algo más bruto.
—Si me permite un consejo —añadió, con la voz ahogada por el esfuerzo mientras se afanaba en su labor—. Demuéstreme esa racionalidad de la que tan orgullosos se sienten los humanos y regrese con los suyos sano y salvo.
Técnica utilizada: Cuarto Alterador - Suiton: Gōsuiwan no Jutsu
«Bien hecho, humana.»
El shinobi había quedado con el kunai clavado en unos cartones, gimoteando dolorido, y Kokuō vio el momento perfecto para actuar. La sala de control estaba repleta de botones y palancas de diferentes tamaños, formas y colores. Durante un momento se le pasó por la cabeza el recuerdo de la Señorita, luchando contra aquel monstruo cuando perdió el control y estuvieron a punto de acabar con toda una aldea. Kokuō estaba segura de que si se paraba a estudiar todos aquellos controles acabaría encontrando el funcionamiento de los más importantes. Pero ella tenía otra solución en mente.
—Tiene dos opciones, humano —le dijo a su desgraciado acompañante, mientras se daba la vuelta hacia la entrada de la sala de máquinas y se dirigía al hueco que quedaba entre aquella y el primer vagón. Comenzó a acumular agua en su brazo derecho, que comenzó a hincharse de forma grotesca para aumentar su fuerza (Fuerza 45)—. O vuelve con el resto de humanos a Amegakure, o acude usted solo a enfrentarse a Kurama.
Kokuō se acuclilló, con la firme intención de utilizar su nueva fuerza para intentar soltar el acople entre los dos vagones. La otra humana ya había hecho parte de su trabajo frenando el ferrocarril, ahora sólo quedaba anular toda posibilidad de que pudieran volver a dirigirse hacia Yukio. ¿Qué mejor manera de hacerlo que cortando la cabeza de aquella bestia de acero? Si no lo conseguía... bueno, tendría que recurrir a un método algo más bruto.
—Si me permite un consejo —añadió, con la voz ahogada por el esfuerzo mientras se afanaba en su labor—. Demuéstreme esa racionalidad de la que tan orgullosos se sienten los humanos y regrese con los suyos sano y salvo.
Técnica utilizada: Cuarto Alterador - Suiton: Gōsuiwan no Jutsu