21/09/2021, 10:51
Por desgracia, aquél humano particular escondía algo más. Algo desagradable, podrido, que se gestaba a fuego lento en el seno de la Amegakure más golpeada por el ataque del Gobi, hacía años. Algo que no estaba de acuerdo con las últimas decisiones, ni con ciertos ascensos, ni con ciertas vidas.
Un viejo conocido para Kokuō.
El odio.
—¡¡Muere, monstruo!! ¡¡Muere junto a tu amiguita alien!! —Gritó Hōka.
Un viejo conocido para Ayame.
Hōka se lanzó hacia su espalda kunai en mano justo cuando soltó el acople con el vagón anterior. Los shinobi de Amegakure maldijeron mientras frenaban. Alguno de ellos le lanzó una técnica de Suiton, pero apenas recorrió la mitad de la distancia.
Al Gobi no le costaría esquivar la acometida de aquél pobre diablo. Era lento, torpe y mediocre. Como todos los abusones de colegio. Sin embargo, como todas las personas que deben poner un esfuerzo extra para sobrevivir, Ayame —y por extensión, Kokuō— había pulido su cuerpo, mente y sentidos al extremo.
No sería un problema.
Un viejo conocido para Kokuō.
El odio.
—¡¡Muere, monstruo!! ¡¡Muere junto a tu amiguita alien!! —Gritó Hōka.
Un viejo conocido para Ayame.
Hōka se lanzó hacia su espalda kunai en mano justo cuando soltó el acople con el vagón anterior. Los shinobi de Amegakure maldijeron mientras frenaban. Alguno de ellos le lanzó una técnica de Suiton, pero apenas recorrió la mitad de la distancia.
Al Gobi no le costaría esquivar la acometida de aquél pobre diablo. Era lento, torpe y mediocre. Como todos los abusones de colegio. Sin embargo, como todas las personas que deben poner un esfuerzo extra para sobrevivir, Ayame —y por extensión, Kokuō— había pulido su cuerpo, mente y sentidos al extremo.
No sería un problema.
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