25/09/2021, 23:12
Y si, la verdad que la academia podía ser un poco dura en Ame. Quizá para la gente que se crio allí y, sobre todo, para gente que su familia está conformada por shinobis, no era un choque tan duro. O por lo menos eso le pasó a Jun, que además tiene una familia bastante estricta y exigente con ese tema. Pero, seguramente, para Nao y gente que viene de otros lados, debería ser algo totalmente diferente a lo que estaban acostumbrados. Quizás a veces se pasaban, ya sea con estudiantes o genin recién salidos de la academia. No solo con el trato, sino también con decisiones que se tomaban sobre ellos por alguna cosa que hacían mal. Pero así es la idiosincrasia con la que se manejan allí y no parecía que eso vaya a cambiar en mucho tiempo. Después de todo, eso también tiene cosas positivas y remarcables, como la reputación que pueden llegar a tener los ninjas de Ame por todo Oonindo.
—Supongo que si, la gran mayoría intenta mostrarse así. — Más que suponer, afirmaba. Lo tenía bastante claro, porque casi todas las personas que conocía eran así. —Me alegro que no te hayas cruzado con problemas aún. Adaptarse a lo nuevo suena bastante difícil.
Al igual que el chico, ella también le gustaba leer cuando no tenía nada más que hacer. Aunque, ese tiempo no era mucho y probablemente tenga leído menos libros que él. Le parecía muy lindo lo que contaba. El hecho de poder salir de donde vivía y lanzarse al mundo, buscando y viviendo esas aventuras. Esa sonrisa contagiosa, que pronto se transformó en una sonrisa en ella, le transmitía un entusiasmo que la Nara no podía llegar a lograr con el solo hecho de salir de viajes. Más allá de poder disfrutar de aquellos viajes, no podía llegar a tener esa sed de aventuras.
En el mientras tanto, ya de lejos se iba notando una casa vieja de dos pisos, con una parte derruida y con signos de que la habían dejado abandonada hace tiempo ya.
—A veces son un poco aburridas las misiones que me dan, pero esto promete demasiado. Lo único que espero es que no haya ningún tipo de fantasma. — Siguió su broma, pues era bastante cierto que encajaba con la típica casa embrujada en los libros.
Siguió caminando junto a su compañero directo hacia la casa, con una leve sensación de ansiedad por descubrir que se podían cruzar allí dentro.
—Supongo que si, la gran mayoría intenta mostrarse así. — Más que suponer, afirmaba. Lo tenía bastante claro, porque casi todas las personas que conocía eran así. —Me alegro que no te hayas cruzado con problemas aún. Adaptarse a lo nuevo suena bastante difícil.
Al igual que el chico, ella también le gustaba leer cuando no tenía nada más que hacer. Aunque, ese tiempo no era mucho y probablemente tenga leído menos libros que él. Le parecía muy lindo lo que contaba. El hecho de poder salir de donde vivía y lanzarse al mundo, buscando y viviendo esas aventuras. Esa sonrisa contagiosa, que pronto se transformó en una sonrisa en ella, le transmitía un entusiasmo que la Nara no podía llegar a lograr con el solo hecho de salir de viajes. Más allá de poder disfrutar de aquellos viajes, no podía llegar a tener esa sed de aventuras.
En el mientras tanto, ya de lejos se iba notando una casa vieja de dos pisos, con una parte derruida y con signos de que la habían dejado abandonada hace tiempo ya.
—A veces son un poco aburridas las misiones que me dan, pero esto promete demasiado. Lo único que espero es que no haya ningún tipo de fantasma. — Siguió su broma, pues era bastante cierto que encajaba con la típica casa embrujada en los libros.
Siguió caminando junto a su compañero directo hacia la casa, con una leve sensación de ansiedad por descubrir que se podían cruzar allí dentro.