6/10/2021, 21:05
Invierno del 220
Un paso, y a éste le siguió otro. Una mueca de rostro hacia un lado, giro de cabeza hacia el frente de nuevo, un par de chasquidos de dedos, y la marcha continuaba con un "flow" envidiable.
—Vivo con tu madre.. ¡En un castillo!
A veces lo traigo gordo,
a veces fino...
Vivo con tu madre.. ¡En un castillo!
Cartooooon de leche
~pijama de lino.
Vivo con tu madre.. ¡En un castillo!
¡Hola señor alce!
¡Hola señor pingüino!
Y así avanzaba desde hacía rato el Senju, cantando una absurda canción que se le había metido en la cabeza y no tenía ni por donde cogerla. Era tan absurda como surrealista era la situación, pues tampoco le pegaba nada al pseudomafioso esa peculiar sonata. De hecho, él iba cantando sin vergüenza alguna por la calle, haciendo caso omiso al resto. Quizás demasiado absorto en el maldito sonido de su cabeza.
—¡Tskkk! —chasqueó la lengua.
Se daba cuenta, estaba absorto en ese maldito sonido y ni se había dado cuenta de que había pasado la mil y una tiendas y no se había detenido a comprar. Había venido a Tanzaku Gai para ello, pero su mente...
~Vivo con tu madre.. ¡En un castillo!
A veces lo traigo gordo,
a veces fino...
Vivo con tu madre.. ¡En un castillo!
Cartooooon de leche
~pijama de lino.
Vivo con tu madre.. ¡En un castillo!
¡Hola señor alce!
¡Hola señor pingüino!
A veces lo traigo gordo,
a veces fino...
Vivo con tu madre.. ¡En un castillo!
Cartooooon de leche
~pijama de lino.
Vivo con tu madre.. ¡En un castillo!
¡Hola señor alce!
¡Hola señor pingüino!
Se llevó la mano al rostro, resignado —Puta canción...