10/10/2021, 03:58
—¡Kunoichi-san! — Saludó con vehemencia el chico cocinero, aunque le lucían unas ojeras horribles en los ojos.
Se le notaba bastante maltrecho, pero aún así no dudó en esforzarse en servirle su correspondiente razón a la kunoichi.
—No... Como no viniste a almorzar, tiene un poco más de la ración habitual — Rió. —Y el jefe quiere verte, dice que el ya sabes qué que pediste está listo del otro lado. No sé que significa, pero bueno — Por un momento trastabilló, teniéndose que apoyar en la mesa. —Ci-cielos. — Respiró agitado.
Su plato de estofado de carne inundaría las fosas nasales de la kunoichi, incluso el aroma del pan rápidamente fue reconocible por su nariz.
Se le notaba bastante maltrecho, pero aún así no dudó en esforzarse en servirle su correspondiente razón a la kunoichi.
—No... Como no viniste a almorzar, tiene un poco más de la ración habitual — Rió. —Y el jefe quiere verte, dice que el ya sabes qué que pediste está listo del otro lado. No sé que significa, pero bueno — Por un momento trastabilló, teniéndose que apoyar en la mesa. —Ci-cielos. — Respiró agitado.
Su plato de estofado de carne inundaría las fosas nasales de la kunoichi, incluso el aroma del pan rápidamente fue reconocible por su nariz.