12/10/2021, 00:31
Podía ser que no era la mejor usando palabras ni tampoco era muy buena con su lenguaje no verbal, pero si tenía sus argumentos bien claros. Si lograba hacer entender su idea, era fácil convencer a la gente. Y parecía que pudo convencer al gangster wannabe para que baje un poco los humos. Eso la hacía demasiado feliz. No había nada mejor para ella que salirse con la suya y encima que le den la razón. Era de los placeres que más disfrutaba en la vida.
Aunque, mientras una abundante cantidad de dopamina recompensaba a Jun, el chico no tardó en soltarle una puyita.
—Quizá te confundes con Kusa, en Ame no hacemos esto. Aunque no lo parezca, me gusta dialogar.
Si, sus actos no respaldaban sus palabras. Pero las imperativas ganas que tenía de que se caiga ese tipo canchero eran inmensurables.
Luego de esto, estaba a punto de seguir en su camino de ocio. Pero el uzujin todavía tenía cosas para decir. Parecía que la situación anterior lo había estresado o algo por el estilo porque, cuando volteó a verle, tenía un tabaco en la boca. Claro, le faltaba un poco de drogas adictivas a su fachada de chico malo. Se había olvidado un poco de esa fachada cuando se quejó de los palos.
—¿Perdón? ¿Qué dices? — Sonrió ladina, pues estaba a punto de comprobar si podía seguir molestándole por otro lado. —¿Estás insinuando quedar para una cita? Digo, pensé que la gente como tu le gustaba otro tipo de personas. — Se rio un poco y puso sus manos lejos de su pecho, disimulando sostener dos globos, con una obvia referencia. Está de más decir que solo era una broma, aunque quizá de mal gusto. —Además, pareces un poco más grande que yo.
Si delirarle así le funcionaba, automáticamente era un día hermoso para la Nara. Le dieron la razón y pudo estar molestando un rato a alguien, claro si es que después de eso no le pasaba nada.
Aunque, mientras una abundante cantidad de dopamina recompensaba a Jun, el chico no tardó en soltarle una puyita.
—Quizá te confundes con Kusa, en Ame no hacemos esto. Aunque no lo parezca, me gusta dialogar.
Si, sus actos no respaldaban sus palabras. Pero las imperativas ganas que tenía de que se caiga ese tipo canchero eran inmensurables.
Luego de esto, estaba a punto de seguir en su camino de ocio. Pero el uzujin todavía tenía cosas para decir. Parecía que la situación anterior lo había estresado o algo por el estilo porque, cuando volteó a verle, tenía un tabaco en la boca. Claro, le faltaba un poco de drogas adictivas a su fachada de chico malo. Se había olvidado un poco de esa fachada cuando se quejó de los palos.
—¿Perdón? ¿Qué dices? — Sonrió ladina, pues estaba a punto de comprobar si podía seguir molestándole por otro lado. —¿Estás insinuando quedar para una cita? Digo, pensé que la gente como tu le gustaba otro tipo de personas. — Se rio un poco y puso sus manos lejos de su pecho, disimulando sostener dos globos, con una obvia referencia. Está de más decir que solo era una broma, aunque quizá de mal gusto. —Además, pareces un poco más grande que yo.
Si delirarle así le funcionaba, automáticamente era un día hermoso para la Nara. Le dieron la razón y pudo estar molestando un rato a alguien, claro si es que después de eso no le pasaba nada.