12/10/2021, 23:05
(Última modificación: 12/10/2021, 23:06 por Senju Hayato.)
Tras aceptar el trato, la chica había caído sobre la telaraña. Aunque ella no lo sabía, estaba en una situación en la que pasase lo que pasase, tenía todas las de ganar el Senju. Éste abrió la mano, y para sorpresa de ambos, la pequeña convivencia entre ambos no había hecho más que empezar. Había tocado cara, y por tanto la kunoichi debía invitar al refresco. A menos que no fuesen de las que cumplen su palabra, claro.
Siete sonrió —Cara. —aclaró, por si no estaba claro.
Antes de guardar la moneda, la volteó para que viese que no había trampas en su juego. La diosa fortuna había tomado su decisión, ya no había vuelta atrás.
—La suerte no te sonríe hoy, o el destino es muy caprichoso.
Tomó el cigarrillo con la diestra en lo que exhalaba la bocanada de humo hacia otro lado, en lo que llevaba su mirada a la kunoichi. Esperaba que no saliese corriendo en dirección contraria, o alguna otra locura. Pero en fin, tampoco es que fuese a perder una millonada. Aunque... con el dinero no se juega.
—Tenía que ver algún sitio de la zona donde también vendan licores. No bebo, pero son cosas de negocios. Si conoces algún sitio por aquí para tomarnos el refresco, y que tengan también licores, mataría dos pájaros de un tiro. Si no, pues cualquier sitio.
¿Era una sabia decisión dejar que la kunoichi escogiese el lugar?
—Por cierto, ¿puedo saber como te llamas?
Siete sonrió —Cara. —aclaró, por si no estaba claro.
Antes de guardar la moneda, la volteó para que viese que no había trampas en su juego. La diosa fortuna había tomado su decisión, ya no había vuelta atrás.
—La suerte no te sonríe hoy, o el destino es muy caprichoso.
Tomó el cigarrillo con la diestra en lo que exhalaba la bocanada de humo hacia otro lado, en lo que llevaba su mirada a la kunoichi. Esperaba que no saliese corriendo en dirección contraria, o alguna otra locura. Pero en fin, tampoco es que fuese a perder una millonada. Aunque... con el dinero no se juega.
—Tenía que ver algún sitio de la zona donde también vendan licores. No bebo, pero son cosas de negocios. Si conoces algún sitio por aquí para tomarnos el refresco, y que tengan también licores, mataría dos pájaros de un tiro. Si no, pues cualquier sitio.
¿Era una sabia decisión dejar que la kunoichi escogiese el lugar?
—Por cierto, ¿puedo saber como te llamas?