13/10/2021, 18:15
—¿Sabes? Yo también la vi que estaba en la derecha. Pero ya nos dimos cuenta que esto no es una cuestión de velocidad o de lo que nuestros ojos ven. Sin ofender, pero no creo que él sea lo suficiente ágil con las manos para engañar de frente a dos kunoichis sin ningún truco atrás. Además, confío demasiado en mi vista. Los cubiletes no son pero, ¿qué es? ¿La piedra? ¿La mesa? ¿Tiene una piedra entre las mangas? No creo.¿Acaso es una técnica?
El joven mago permitió que Jun diese el discurso completo sin inmutarse, manteniendo una ligera sonrisa al ver que estaba tan perdida como parecía. Entonces, una vez finalizado el discurso, se remangó lentamente ambas mangas.
— Oh, la salida fácil. Todo es una técnica. Qué duro es admitir la existencia de la magia. — negó igual de lento que se había remangado, cruzandose de brazos. — Vuestro problema es que estáis siguiendo los cubiletes, pero no la piedra. Teneis que usar vuestro ojo interior, el ojo capaz de ver... la magia. — bajó el volumen solo para la ultima palabra, dandole misticismo.
Parecía realmente convencido de lo que decía.
— Pero ese no es el tema. El tema son los cubiletes y la piedra. ¿En el de la derecha decís? — volvió a poner las manos sobre los cubiletes, dandole golpecitos a cada uno de ellos en el culo.
El joven mago permitió que Jun diese el discurso completo sin inmutarse, manteniendo una ligera sonrisa al ver que estaba tan perdida como parecía. Entonces, una vez finalizado el discurso, se remangó lentamente ambas mangas.
— Oh, la salida fácil. Todo es una técnica. Qué duro es admitir la existencia de la magia. — negó igual de lento que se había remangado, cruzandose de brazos. — Vuestro problema es que estáis siguiendo los cubiletes, pero no la piedra. Teneis que usar vuestro ojo interior, el ojo capaz de ver... la magia. — bajó el volumen solo para la ultima palabra, dandole misticismo.
Parecía realmente convencido de lo que decía.
— Pero ese no es el tema. El tema son los cubiletes y la piedra. ¿En el de la derecha decís? — volvió a poner las manos sobre los cubiletes, dandole golpecitos a cada uno de ellos en el culo.