14/10/2021, 17:57
Ranko tuvo una especie de regresión. No era la primera vez que esperaba en una habitación mientras una chica que le parecía guapa tomaba un baño.
"Pero Waai-chan no es Mei. Waai-chan es una guerrera, no una princesa, y siento que puedo confiar la mar en ella." Se dijo, sonriente, mientras acomodaba sus cosas en la habitación.
No perdió tiempo, y en cuanto Lyndis salió, Ranko tomó su turno en el ofuro. Tardó menos que su amiga, aunque la castaña sentía haber tardado eones, entre el lavado de su cabello y el largo tiempo que pasó pensando. Salió del baño con una toalla cubriendo su cuerpo y otra cubriendo su largo cabello, y quedó paralizada al ver a Lyndis.
No era la primera vez que, al salir de un baño, perdía el aliento al ver a la chica que había estado esperando.
—Te... Te ves... E-estás... —"Hermosa. Bella. Preciosa. Guapa. Algo, Ranko, di algo. Espera... Ah... Oh cielos." —. T-te queda bastante bien, Waai-chan.
Con el corazón latiendo cien veces más rápido, prácticamente le dio la espalda a Lyndis para ponerse a buscar ropa en su mochila. Sentía que había tenido una revelación.
"No quería creerlo. Antes de que nos atacaran los ninjas, no quería creer que yo... Waai... Pero ahora... Recuerdo cómo me sentí con Mei y... Esto... Y esto... Me siento igual. ¡Rayos! Me siento igual... Eso significa...
Cuando terminó de cambiarse, Ranko portaba un kimono sencillo, blanco, con un sobrio diseño de líneas y flores rojas, con un obi rojo atando el conjunto. Su cabello castaño caía libre y suelto por su espalda, sorprendentemente rizado.
—E-entonces... ¿V-vamos a... Vamos a cenar, Waai-chan? —dijo en tono dulce.
"Eso significa que me gusta. Oh cielos."
"Pero Waai-chan no es Mei. Waai-chan es una guerrera, no una princesa, y siento que puedo confiar la mar en ella." Se dijo, sonriente, mientras acomodaba sus cosas en la habitación.
No perdió tiempo, y en cuanto Lyndis salió, Ranko tomó su turno en el ofuro. Tardó menos que su amiga, aunque la castaña sentía haber tardado eones, entre el lavado de su cabello y el largo tiempo que pasó pensando. Salió del baño con una toalla cubriendo su cuerpo y otra cubriendo su largo cabello, y quedó paralizada al ver a Lyndis.
No era la primera vez que, al salir de un baño, perdía el aliento al ver a la chica que había estado esperando.
—Te... Te ves... E-estás... —"Hermosa. Bella. Preciosa. Guapa. Algo, Ranko, di algo. Espera... Ah... Oh cielos." —. T-te queda bastante bien, Waai-chan.
Con el corazón latiendo cien veces más rápido, prácticamente le dio la espalda a Lyndis para ponerse a buscar ropa en su mochila. Sentía que había tenido una revelación.
"No quería creerlo. Antes de que nos atacaran los ninjas, no quería creer que yo... Waai... Pero ahora... Recuerdo cómo me sentí con Mei y... Esto... Y esto... Me siento igual. ¡Rayos! Me siento igual... Eso significa...
Cuando terminó de cambiarse, Ranko portaba un kimono sencillo, blanco, con un sobrio diseño de líneas y flores rojas, con un obi rojo atando el conjunto. Su cabello castaño caía libre y suelto por su espalda, sorprendentemente rizado.
—E-entonces... ¿V-vamos a... Vamos a cenar, Waai-chan? —dijo en tono dulce.
"Eso significa que me gusta. Oh cielos."
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