16/10/2021, 02:17
Pareció no gustarle el resultado de la suerte echada, pero supo aguantar el tipo. La chica, pese a haber perdido, no se retractó y cumpliría con su parte del trato. Decía no conocer muy bien el sitio, pues apenas lo había visitado un par de veces. Entonces estaba casi igual que el Senju, pues en ésta ciudad tampoco había deambulado demasiado. En lo que caminaban, concretó llamarse Nara Jun, e incluso increpó a que la llamase Jun a secas.
—Mi nombre es Senju Hayato. Pero puedes llamarme Siete.
Su respuesta tenía un toque de similitud al de la chica, pero difería eones de la misma. En vez de facilitarle un corte a su propio nombre, como podría haber sido Yato, simplemente lanzó a conocimiento el nombre por el que le llamaban o conocían la mayoría. Un sobrenombre, que para bien o para mal, le seguiría allá a donde fuese.
La caminata pareció llegar a un posible final, en el que la kunoichi inquirió que debía elegir el Senju, puesto que había ganado a la moneda. Éste apagó el cigarrillo con los dedos, y guardó la colilla para no ensuciar el suelo.
—Sí, me parece un buen lugar. Quizás un poco concurrido, pero se ve bien. —Aclaró.
Podía haber sido caballeroso, y darle entrada a la kunoichi. Pero quizás hacer algo así, ni iba demasiado con su forma de ser, ni podía verse como un acto caballeroso (dependiendo de los ojos). En vez de cederle el paso, abrió un poco la puerta y entró en primer lugar.
—Mi nombre es Senju Hayato. Pero puedes llamarme Siete.
Su respuesta tenía un toque de similitud al de la chica, pero difería eones de la misma. En vez de facilitarle un corte a su propio nombre, como podría haber sido Yato, simplemente lanzó a conocimiento el nombre por el que le llamaban o conocían la mayoría. Un sobrenombre, que para bien o para mal, le seguiría allá a donde fuese.
La caminata pareció llegar a un posible final, en el que la kunoichi inquirió que debía elegir el Senju, puesto que había ganado a la moneda. Éste apagó el cigarrillo con los dedos, y guardó la colilla para no ensuciar el suelo.
—Sí, me parece un buen lugar. Quizás un poco concurrido, pero se ve bien. —Aclaró.
Podía haber sido caballeroso, y darle entrada a la kunoichi. Pero quizás hacer algo así, ni iba demasiado con su forma de ser, ni podía verse como un acto caballeroso (dependiendo de los ojos). En vez de cederle el paso, abrió un poco la puerta y entró en primer lugar.