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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#29
Juro escuchó, con creciente interés, la opinión del Uchiha sobre el tema. Su encuentro con Zaide había sido útil para él, y además, bastante revelador. Si la información que le había dado era cierta, él nunca había visto a Kurama, pero sí que había escuchado sobre él de manos de un compañero. Juro se preguntó si Akame tendría la misma información, o le podría revelar otra clase de cosas.

« Su desprecio es auténtico y tendrá una razón. Pero dudo que haya intentado ponerse en el lugar de los bijuu » — reflexionó, para sí. No conocía al Shukaku ni sabía si de verdad era tan cruel como Kurama, pero recordaba su último encuentro con Datsue y sabía que habían llegado a una tregua. Fuera lo que fuera que hubiera visto Akame, probablemente ahora no fuera igual. Pero el dolor del pasado a veces impedía ver la realidad del presente, supuso.

La reflexión de Akame, sin embargo, no fue del agrado del marionetista. No pudo evitar verse así mismo, en aquella cueva, a merced de Kurama. Sí, era poderoso y tenía gente poderosa a su lado. Pero aquello no debía desmoralizarle.

— Al principio, no podía creer que hubiera humanos que le sirvieran de forma voluntaria. Reconozco que es una criatura intimidante, pero si todo acaba y él es ganador, la humanidad se puede dar por jodida — admitió el chico, acongojado. Puede que hubiera convencido a la gente con promesas de poder, protección o riquezas. Pero, ¿qué garantía había de que cumpliera algo de eso?

No todo el mundo era igual. Aunque le costara admitirlo, también existían seres humanos que querían ver el mundo arder, aunque a veces las cosas no fueran tan simples.

— Me niego a acabar así. Prefiero que me ejecuten en mitad de Kusagakure — bufó Juro, claramente indignado —. Los seguidores de Kurama intentaron atraparme antes de que me exiliara y fallaron. Él y sus generales son poderosos, pero no invencibles. Las aldeas deberían de mover el culo y hacer su trabajo. Si encontraran donde se esconde y atacaran, antes de que su séquito se haga más fuerte, quizá tendrían una oportunidad.

» Claro que si ya es demasiado tarde y su imperio es demasiado grande... entonces solo se avecina un derramamiento de sangre — murmuró Juro, con un escalofrío —. ¿Qué harías entonces, Akame? Si se formara una batalla entre las aldeas y el imperio de Kurama, una en la que el control del mundo estuviera en juego, ¿Intervendrías en ella?

Ellos eran dos exiliados sin rumbo. Una carta en blanco con la que nadie contaba. Las aldeas querían matarlos y habían cometido crímenes imperdonables, pero... ¿Cuál era la otra opción? ¿De verdad el Uchiha podría llegar a planteársela? Juro tenía clara su respuesta, pero esperó, paciente, para ver la de su compañero.
Hablo / Pienso

Avatar hecho por la increible Eri-sama.

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Sellos implantados: Hermandad intrepida
  • Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60
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Mensajes en este tema
RE: El destino de los desterrados - por Eikyuu Juro - 22/10/2021, 19:30


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