22/10/2021, 19:30
(Última modificación: 22/10/2021, 19:35 por Eikyuu Juro. Editado 1 vez en total.)
Juro escuchó, con creciente interés, la opinión del Uchiha sobre el tema. Su encuentro con Zaide había sido útil para él, y además, bastante revelador. Si la información que le había dado era cierta, él nunca había visto a Kurama, pero sí que había escuchado sobre él de manos de un compañero. Juro se preguntó si Akame tendría la misma información, o le podría revelar otra clase de cosas.
« Su desprecio es auténtico y tendrá una razón. Pero dudo que haya intentado ponerse en el lugar de los bijuu » — reflexionó, para sí. No conocía al Shukaku ni sabía si de verdad era tan cruel como Kurama, pero recordaba su último encuentro con Datsue y sabía que habían llegado a una tregua. Fuera lo que fuera que hubiera visto Akame, probablemente ahora no fuera igual. Pero el dolor del pasado a veces impedía ver la realidad del presente, supuso.
La reflexión de Akame, sin embargo, no fue del agrado del marionetista. No pudo evitar verse así mismo, en aquella cueva, a merced de Kurama. Sí, era poderoso y tenía gente poderosa a su lado. Pero aquello no debía desmoralizarle.
— Al principio, no podía creer que hubiera humanos que le sirvieran de forma voluntaria. Reconozco que es una criatura intimidante, pero si todo acaba y él es ganador, la humanidad se puede dar por jodida — admitió el chico, acongojado. Puede que hubiera convencido a la gente con promesas de poder, protección o riquezas. Pero, ¿qué garantía había de que cumpliera algo de eso?
No todo el mundo era igual. Aunque le costara admitirlo, también existían seres humanos que querían ver el mundo arder, aunque a veces las cosas no fueran tan simples.
— Me niego a acabar así. Prefiero que me ejecuten en mitad de Kusagakure — bufó Juro, claramente indignado —. Los seguidores de Kurama intentaron atraparme antes de que me exiliara y fallaron. Él y sus generales son poderosos, pero no invencibles. Las aldeas deberían de mover el culo y hacer su trabajo. Si encontraran donde se esconde y atacaran, antes de que su séquito se haga más fuerte, quizá tendrían una oportunidad.
» Claro que si ya es demasiado tarde y su imperio es demasiado grande... entonces solo se avecina un derramamiento de sangre — murmuró Juro, con un escalofrío —. ¿Qué harías entonces, Akame? Si se formara una batalla entre las aldeas y el imperio de Kurama, una en la que el control del mundo estuviera en juego, ¿Intervendrías en ella?
Ellos eran dos exiliados sin rumbo. Una carta en blanco con la que nadie contaba. Las aldeas querían matarlos y habían cometido crímenes imperdonables, pero... ¿Cuál era la otra opción? ¿De verdad el Uchiha podría llegar a planteársela? Juro tenía clara su respuesta, pero esperó, paciente, para ver la de su compañero.
« Su desprecio es auténtico y tendrá una razón. Pero dudo que haya intentado ponerse en el lugar de los bijuu » — reflexionó, para sí. No conocía al Shukaku ni sabía si de verdad era tan cruel como Kurama, pero recordaba su último encuentro con Datsue y sabía que habían llegado a una tregua. Fuera lo que fuera que hubiera visto Akame, probablemente ahora no fuera igual. Pero el dolor del pasado a veces impedía ver la realidad del presente, supuso.
La reflexión de Akame, sin embargo, no fue del agrado del marionetista. No pudo evitar verse así mismo, en aquella cueva, a merced de Kurama. Sí, era poderoso y tenía gente poderosa a su lado. Pero aquello no debía desmoralizarle.
— Al principio, no podía creer que hubiera humanos que le sirvieran de forma voluntaria. Reconozco que es una criatura intimidante, pero si todo acaba y él es ganador, la humanidad se puede dar por jodida — admitió el chico, acongojado. Puede que hubiera convencido a la gente con promesas de poder, protección o riquezas. Pero, ¿qué garantía había de que cumpliera algo de eso?
No todo el mundo era igual. Aunque le costara admitirlo, también existían seres humanos que querían ver el mundo arder, aunque a veces las cosas no fueran tan simples.
— Me niego a acabar así. Prefiero que me ejecuten en mitad de Kusagakure — bufó Juro, claramente indignado —. Los seguidores de Kurama intentaron atraparme antes de que me exiliara y fallaron. Él y sus generales son poderosos, pero no invencibles. Las aldeas deberían de mover el culo y hacer su trabajo. Si encontraran donde se esconde y atacaran, antes de que su séquito se haga más fuerte, quizá tendrían una oportunidad.
» Claro que si ya es demasiado tarde y su imperio es demasiado grande... entonces solo se avecina un derramamiento de sangre — murmuró Juro, con un escalofrío —. ¿Qué harías entonces, Akame? Si se formara una batalla entre las aldeas y el imperio de Kurama, una en la que el control del mundo estuviera en juego, ¿Intervendrías en ella?
Ellos eran dos exiliados sin rumbo. Una carta en blanco con la que nadie contaba. Las aldeas querían matarlos y habían cometido crímenes imperdonables, pero... ¿Cuál era la otra opción? ¿De verdad el Uchiha podría llegar a planteársela? Juro tenía clara su respuesta, pero esperó, paciente, para ver la de su compañero.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60