29/10/2021, 23:46
—Si, las patatas esas que dijiste están bien. — Le dio un poco igual el sabor. Solo quería llenar un poco su estómago.
«Ay, "para mí de frutos del bosque". Que asco de sabor.»
—Entonces. — Habló un poco más fuerte para captar la atención del rubio. Luego aclaró su garganta. —Yo quiero el de limón. — Regaló una no muy sincera sonrisa e hizo una leve reverencia con la cabeza. —Muchas gracias.
El mesero solo terminó de anotar el pedidos de los chicos y se fue de la mesa, obviamente con su correspondiente reverencia. Parecía que el lugar intentaba mantener una cierta cortesía. Supongo que eso le sumaba puntos al local. Pero a Jun le daba soberanamente igual.
Siete le dio otra vez el pie para terminar lo que había empezado a decir la amejin. Pero, lo cierto, es que ya no tenía muchas ganas de que profundice en el tema. Por algo lo evitó en un principio y no parecía buena idea escarbar ahí. Mejor era encarar por el otro lado. Aunque, eso no evitaba que la chica pudiera bromear un poco.
—Nada, nada. — Se peinó un poco con la mano y le sonrió maliciosa. —Solo espero que no sea muy pesada esa carga, porque con esos bracitos no se yo si vas a poder librarte.
Ah si. Chistes sobre el físico del otro. La Nara siempre podía superar su limite de idiotez. Nunca se es lo suficientemente inteligente para dejar de ser un estúpido.
«Ay, "para mí de frutos del bosque". Que asco de sabor.»
—Entonces. — Habló un poco más fuerte para captar la atención del rubio. Luego aclaró su garganta. —Yo quiero el de limón. — Regaló una no muy sincera sonrisa e hizo una leve reverencia con la cabeza. —Muchas gracias.
El mesero solo terminó de anotar el pedidos de los chicos y se fue de la mesa, obviamente con su correspondiente reverencia. Parecía que el lugar intentaba mantener una cierta cortesía. Supongo que eso le sumaba puntos al local. Pero a Jun le daba soberanamente igual.
Siete le dio otra vez el pie para terminar lo que había empezado a decir la amejin. Pero, lo cierto, es que ya no tenía muchas ganas de que profundice en el tema. Por algo lo evitó en un principio y no parecía buena idea escarbar ahí. Mejor era encarar por el otro lado. Aunque, eso no evitaba que la chica pudiera bromear un poco.
—Nada, nada. — Se peinó un poco con la mano y le sonrió maliciosa. —Solo espero que no sea muy pesada esa carga, porque con esos bracitos no se yo si vas a poder librarte.
Ah si. Chistes sobre el físico del otro. La Nara siempre podía superar su limite de idiotez. Nunca se es lo suficientemente inteligente para dejar de ser un estúpido.