1/11/2021, 23:26
Jun llamó la atención del camarero, e incluso la de Hayato, para tras ello aclarar la garganta. Sin demasiado preámbulo, alzó la voz para solicitar un refresco de limón para ella. Así mismo, agradeció al rubio de antemano el servicio. La chica, sin lugar a dudas, parecía bastante diestra en lo referente a modales. Era como un hibrido letal entre formalismo y gamberrismo, una homúnculo de bromas disfrazada con piel de inocencia.
El hombre anotó el resto de la comanda en la pequeña libreta, y con ello dejó de servir la mesa para traer lo solicitado. Justo tras eso fue que Siete preguntó a la kunoichi qué intentaba decir antes de que el camarero les interrumpiese. Y de nuevo, la chica no contuvo ese instinto tan aferrado a su corazón artificial. Con una maliciosa sonrisa, no titubeó en gastar otra broma al Senju, en éste caso acerca de su fuerza. Si bien era una aguda observadora, bien debía saber que en éste mundo de técnicas que no conocen límites la fuerza bruta a veces era un mero trasto con el que cargar.
—La verdad, el gimnasio para quien le guste. Yo soy de los que hacen arder las cosas, un especialista en elemento fuego —afirmó orgulloso.
»¿Tu especialidad es intentar sacar de su cabales a la gente?
Si, ahora se la había devuelto el Senju, una broma que había rebotado contra una pared.
El hombre anotó el resto de la comanda en la pequeña libreta, y con ello dejó de servir la mesa para traer lo solicitado. Justo tras eso fue que Siete preguntó a la kunoichi qué intentaba decir antes de que el camarero les interrumpiese. Y de nuevo, la chica no contuvo ese instinto tan aferrado a su corazón artificial. Con una maliciosa sonrisa, no titubeó en gastar otra broma al Senju, en éste caso acerca de su fuerza. Si bien era una aguda observadora, bien debía saber que en éste mundo de técnicas que no conocen límites la fuerza bruta a veces era un mero trasto con el que cargar.
—La verdad, el gimnasio para quien le guste. Yo soy de los que hacen arder las cosas, un especialista en elemento fuego —afirmó orgulloso.
»¿Tu especialidad es intentar sacar de su cabales a la gente?
Si, ahora se la había devuelto el Senju, una broma que había rebotado contra una pared.