3/12/2021, 13:09
(Última modificación: 3/12/2021, 13:10 por Amedama Daruu.)
—Tu hogar... —masculló Umi, la cabeza gacha y los puños apretados—. ¡No hay hogar! ¡No hay patria! ¡Sólo nos tenemos a nosotras mismas! —espetó.
»¡Si eso es lo que quieres, eso es lo que haré!
Umi se abalanzó encima de Suzaku para tratar de arrebatarle la bandana. Ante la resistencia, cayó encima de ella, y se deslizaron colina abajo rodando por la hierba. Acabaron cayendo a un claro en el pequeño bosque de cerezos del Jardín, Umi pasando por encima y alejándose rodando unos metros más.
»¿Por qué? ¿Por qué tiene que ser todo tan difícil contigo? ¿¡Por qué tengo que cargar con esto!?
Los ojos de Umi se tiñeron de carmesí cuando se levantó, llena de magulladuras.
»¡Si eso es lo que quieres, eso es lo que haré!
Umi se abalanzó encima de Suzaku para tratar de arrebatarle la bandana. Ante la resistencia, cayó encima de ella, y se deslizaron colina abajo rodando por la hierba. Acabaron cayendo a un claro en el pequeño bosque de cerezos del Jardín, Umi pasando por encima y alejándose rodando unos metros más.
»¿Por qué? ¿Por qué tiene que ser todo tan difícil contigo? ¿¡Por qué tengo que cargar con esto!?
Los ojos de Umi se tiñeron de carmesí cuando se levantó, llena de magulladuras.