6/12/2021, 02:10
Casi como si fuera a propósito, al llegar a esa sala se sentía con cierta confianza. Haber dado con uno de los misterios por primera vez causaba ese efecto, y pensaba que Kimi seguramente estaba pasando por lo mismo. No solo era eso. El hecho de estar en su la propia aldea y ser una misión de rango tan bajo, la hicieron entrar en un estado de relajación ante el peligro. De hecho, en algún momento del recorrido había dudado un poco del lugar, pero en ningún momento pensó en algo como lo que iba a pasar.
Si, boom.
Una explosión salió del pergamino que acababan de abrir. El tiempo de reacción fue casi nulo. Ni llegó a pensar un "MIERDA" ni nada por el estilo. La única salvedad es que pudo cerrar los ojos antes del impacto. Impacto que hizo que la Nara se estrole contra una de las paredes.
Además del evidente dolor que sentía en todo su cuerpo, sentía un pitido insoportable en el oído le impedía oír. De hecho, vio como vinieron a socorrerle los examinadores de las anteriores salas, pero no podía escuchar si estaban diciendo algo.
No sabía bien que pensar. Y no era, quizá, tanto por los daños de la explosión, sino por la reacción del viejo que estaba allí, que parecía estar en completo shock. Cuando fue recuperando de a poco su oído, escuchó a Nazo hablar de su hermano, pensando que debería estar en aquella habitación. «¿Qué mierda está pasando?»
Parecía estar compenetrada y concentrada con lo que intentaba de decir el hombre, hasta tal punto de pensar que estaba soñando o que no estaba allí. Casi como un balde de agua fría, tenía al rubio llorando encima de ella, haciendo que reaccione ante toda la situación. No quería moverse mucho, pero había algo que se le estaba olvidando «¡Kimi!» Intentó apartar con la mano al muchacho, queriendo buscar con la vista a la Kaminari.
Poco antes de que se pueda levantar, notó como su compañera estaba preguntando por ella. Aliviada dio un suspiro.
—¡Ay, Kimi! Estoy bien. — Suspiró de nuevo, intentando aliviar sus pensamientos de lo que pensó que había pasado. Después de todo, Kimi fue la que estuvo en contacto directo con el pergamino. —¿Tu como est-... Tu ojo...
Notó que el ojo de la chica brillaba fuertemente, casi que no le salían las palabras. Pero había un detalle que ella no notó y Kimi si, las paredes parecían resistir poco después de lo que pasó. A pesar de tranquilizarse porque no había pasado nada a mayores, no podía relajarse. Tenía que actuar. Como pudo, se intentó levantar.
—Salgamos ya de acá.
Como pudieran, tenían que salir de allí. Esforzándose, intentó salir de allí lo más rápido que le daba el cuerpo. Solo esperaba que todos los presentes le hagan caso a las dos.
¡BOOOOOOOOM!
Si, boom.
Una explosión salió del pergamino que acababan de abrir. El tiempo de reacción fue casi nulo. Ni llegó a pensar un "MIERDA" ni nada por el estilo. La única salvedad es que pudo cerrar los ojos antes del impacto. Impacto que hizo que la Nara se estrole contra una de las paredes.
Además del evidente dolor que sentía en todo su cuerpo, sentía un pitido insoportable en el oído le impedía oír. De hecho, vio como vinieron a socorrerle los examinadores de las anteriores salas, pero no podía escuchar si estaban diciendo algo.
No sabía bien que pensar. Y no era, quizá, tanto por los daños de la explosión, sino por la reacción del viejo que estaba allí, que parecía estar en completo shock. Cuando fue recuperando de a poco su oído, escuchó a Nazo hablar de su hermano, pensando que debería estar en aquella habitación. «¿Qué mierda está pasando?»
Parecía estar compenetrada y concentrada con lo que intentaba de decir el hombre, hasta tal punto de pensar que estaba soñando o que no estaba allí. Casi como un balde de agua fría, tenía al rubio llorando encima de ella, haciendo que reaccione ante toda la situación. No quería moverse mucho, pero había algo que se le estaba olvidando «¡Kimi!» Intentó apartar con la mano al muchacho, queriendo buscar con la vista a la Kaminari.
Poco antes de que se pueda levantar, notó como su compañera estaba preguntando por ella. Aliviada dio un suspiro.
—¡Ay, Kimi! Estoy bien. — Suspiró de nuevo, intentando aliviar sus pensamientos de lo que pensó que había pasado. Después de todo, Kimi fue la que estuvo en contacto directo con el pergamino. —¿Tu como est-... Tu ojo...
Notó que el ojo de la chica brillaba fuertemente, casi que no le salían las palabras. Pero había un detalle que ella no notó y Kimi si, las paredes parecían resistir poco después de lo que pasó. A pesar de tranquilizarse porque no había pasado nada a mayores, no podía relajarse. Tenía que actuar. Como pudo, se intentó levantar.
—Salgamos ya de acá.
Como pudieran, tenían que salir de allí. Esforzándose, intentó salir de allí lo más rápido que le daba el cuerpo. Solo esperaba que todos los presentes le hagan caso a las dos.