24/12/2021, 14:16
—Pero que problema eh.
Tampoco le parecía para tanto, solo tenía que comprar un licor que le recomiende algún trabajador del lugar y listo. Quizás se sentía nervioso por tener que cerrar esa reunión bien, aunque con su tipo de personalidad no lo creía. Pero bueno, vaya a saber uno.
—Pero no digas licor tan fuerte porque te llega escucha alguien y ... — se lamió el índice y pasó la página de un libro imaginario —ley número 113, los menores no podrán adquirir o consumir bebidas alcohólicas.
La risa propia fue leve, la verdad que no había sido muy bueno, pero tampoco estuvo mal metido.
El último trago de su refresco fue el más largo, dejando algunos segundos de silencio por su parte. Apoyando el vaso, intentó estirarse y reacomodarse en esos tan incomodos sillones.
—Supongo que ya te debo dejar de molestar. Debes ir a hacer tus "negocios". — Remarcó con los dedos su última palabra y le veía risueña.