18/01/2022, 11:40
A veces las cosas no salen como uno piensan que van a suceder. Y esta vez pasó para bien, porque la pequeña broma sobre el guardia parecía haberle caído bien a Hayato. No solo bien, sino que se estaba carcajeando a más no poder. La verdad que la risa ajena era algo que le podía a la muchacha, por lo que le siguió muy tímidamente, ya que no le pareció nada del otro mundo su broma. Quizás el momento en el que lo lanzó, la tonalidad que usó o el acting le había llegado al chico.
Casi que el cometido de la muchacha en ese lugar había concluido. No solo tuvo algún intercambio de opiniones con alguien, sino que también estuvo permanentemente haciendo chistes y, para colmo, alguien le llamó la atención por estar alterando el orden público. Realmente, casi siempre pasaba eso mismo y, todas las veces, se arrepiente un poco de hacerlo. Pero, así es, aquí estamos de nuevo.
Realmente no tenía mucho más para hacer. Solo hacer tiempo para reunirse con su hermano cuando termine sus quehaceres.
Se levantó antes de escuchar lo que estaba por decir Siete, el cual admitió que no iba a comprar los licores en aquel momento. Razón no le faltaba, sería raro que cierren a esa hora los lugares en aquel sitio. Aunque si le había chocado un poco, pensó que iba a estar ocupado de alguna manera u otra.
Lo que iba a ser la despedida del chico, fue mucho más tierna o educada de lo que se esperó. Bueno, no sabía si era tierno pero sintió que la combinación de palabras fue un poco rara cuanto menos.
—La verdad que te prejuzgué un poco, eres más agradable y divertido de lo que pensé. — Estuvo quieta en el lugar durante algunos segundos, con las manos y la vista se aseguraba que no le falte nada. —Bueno, pensé que ya ibas a moverte por tus negocios o lo que sea. Yo seguramente estaré por ahí dando vueltas o viendo que hacer hasta que mi hermano termine de hacer lo que mierda esté haciendo. — Dijo sincera, porque ni ella sabía bien que es lo que estaba haciendo Shirō en ese preciso momento.
Cuando estuvo segura de que no le faltara nada, se dio media vuelta y emprendió en dirección hacia la puerta.
—Nos vemos pronto. — Soltó sin más.
Si nada la detenía en su trayecto, saldría muy tranquilamente de aquel bar en el que estaban.
Casi que el cometido de la muchacha en ese lugar había concluido. No solo tuvo algún intercambio de opiniones con alguien, sino que también estuvo permanentemente haciendo chistes y, para colmo, alguien le llamó la atención por estar alterando el orden público. Realmente, casi siempre pasaba eso mismo y, todas las veces, se arrepiente un poco de hacerlo. Pero, así es, aquí estamos de nuevo.
Realmente no tenía mucho más para hacer. Solo hacer tiempo para reunirse con su hermano cuando termine sus quehaceres.
Se levantó antes de escuchar lo que estaba por decir Siete, el cual admitió que no iba a comprar los licores en aquel momento. Razón no le faltaba, sería raro que cierren a esa hora los lugares en aquel sitio. Aunque si le había chocado un poco, pensó que iba a estar ocupado de alguna manera u otra.
Lo que iba a ser la despedida del chico, fue mucho más tierna o educada de lo que se esperó. Bueno, no sabía si era tierno pero sintió que la combinación de palabras fue un poco rara cuanto menos.
—La verdad que te prejuzgué un poco, eres más agradable y divertido de lo que pensé. — Estuvo quieta en el lugar durante algunos segundos, con las manos y la vista se aseguraba que no le falte nada. —Bueno, pensé que ya ibas a moverte por tus negocios o lo que sea. Yo seguramente estaré por ahí dando vueltas o viendo que hacer hasta que mi hermano termine de hacer lo que mierda esté haciendo. — Dijo sincera, porque ni ella sabía bien que es lo que estaba haciendo Shirō en ese preciso momento.
Cuando estuvo segura de que no le faltara nada, se dio media vuelta y emprendió en dirección hacia la puerta.
—Nos vemos pronto. — Soltó sin más.
Si nada la detenía en su trayecto, saldría muy tranquilamente de aquel bar en el que estaban.