11/02/2022, 12:57
Chiiro sonrió de oreja a oreja. Parece que aquello la dejó satisfecha, y excusándose rápidamente siguió a su madre para seguir ayudándola con las tareas de la cafetería.
—Mi hijo va a ser un buen Kage, sí señor —Continuaba parloteando Kiroe, aunque fue interrumpida de golpe.
—¿Qué clase de espectáculo estás montando aquí, mamá? —La cafetería quedó en completo silencio. Uno de los clientes pagó apresuradamente a la dueña y salió del local susurrando un "buenas, buenas, hasta luego, gracias" escuetamente a Daruu para que se apartara y le dejase salir. Otra comenzó a beber a toda velocidad un café y a ponerse toda roja porque evidentemente estaba demasiado caliente—. ¿No puedes dejar de husmear en todo lo que hago a diario por una vez?
—¡No me hables así, Da...!
—¡No hablé con Shanise-sama de eso! ¿Vale? —mintió—. Y ahora, más vale que me dejes hablar con Kōri-sensei a solas y te ocupes de tu cafetería, que veo que tienes bastante trabajo.
—Lo siento. —Kiroe ensombreció la mirada y, visiblemente ofendida, siguió con la tarea. Chiiro se mantuvo casi pegada a su cintura, observando a Daruu discretamente de lejos.
Daruu se sentó frente a Kōri y, sin pedir permiso, cogió un bollito de vainilla y le dio un buen bocado.
—A veces es insufrible. No hace más que meterme en compromisos y en problemas de todo tipo. ¿Le has contado tú que me llamó al despacho, sensei? —preguntó, señalándole con el bollito.
—Mi hijo va a ser un buen Kage, sí señor —Continuaba parloteando Kiroe, aunque fue interrumpida de golpe.
—¿Qué clase de espectáculo estás montando aquí, mamá? —La cafetería quedó en completo silencio. Uno de los clientes pagó apresuradamente a la dueña y salió del local susurrando un "buenas, buenas, hasta luego, gracias" escuetamente a Daruu para que se apartara y le dejase salir. Otra comenzó a beber a toda velocidad un café y a ponerse toda roja porque evidentemente estaba demasiado caliente—. ¿No puedes dejar de husmear en todo lo que hago a diario por una vez?
—¡No me hables así, Da...!
—¡No hablé con Shanise-sama de eso! ¿Vale? —mintió—. Y ahora, más vale que me dejes hablar con Kōri-sensei a solas y te ocupes de tu cafetería, que veo que tienes bastante trabajo.
—Lo siento. —Kiroe ensombreció la mirada y, visiblemente ofendida, siguió con la tarea. Chiiro se mantuvo casi pegada a su cintura, observando a Daruu discretamente de lejos.
Daruu se sentó frente a Kōri y, sin pedir permiso, cogió un bollito de vainilla y le dio un buen bocado.
—A veces es insufrible. No hace más que meterme en compromisos y en problemas de todo tipo. ¿Le has contado tú que me llamó al despacho, sensei? —preguntó, señalándole con el bollito.