7/03/2022, 22:14
Mientras Jun le dedicaba una mirada como nunca antes a su compañera de misión, un hombre salió de una de las puertas que había detrás de la recepción. Iba en bata de hospitalizado y detrás iba una muchacha que intentaba detenerlo.
— Por favor, señor, deje que le acabemos de curar. ¡Y no corra por el hospital! — le pedía la pobre chica de largo cabello moreno recogido en una coleta baja, ésta llevaba el uniforme de enfermera.
Delante de ella iba un chico que ambas kunoichis conocían, Masu. Como les había comentado el recepcionista, tenía la mejilla bastante inflada con una sustancia de color anaranjado a medio esparcir por ella.
— Chicas, ¡estáis aquí! ¿Por qué estáis aquí? — también parecía... más animado de lo normal. — ¡Deberíais estar detras de ese pedazo de bastardo! ¡Me pegó por decirle lo que todos pensabamos! Claro que su hermano puede ser el culpable, estaba jodidamente raro cuando vino. Quiero decir, ya era raro de por sí, pero la última vez estaba todavía más raro. Y no hay nada más sospechoso que un raro extra raro. ¿Me seguis?
— Lo siento, aún le dura la adrenalina del golpe. Hay ciertas personas que tardan más en procesarla, justo habíamos conseguido que se sentase para curarle y entraron a decir que estabais aquí...
— Por favor, señor, deje que le acabemos de curar. ¡Y no corra por el hospital! — le pedía la pobre chica de largo cabello moreno recogido en una coleta baja, ésta llevaba el uniforme de enfermera.
Delante de ella iba un chico que ambas kunoichis conocían, Masu. Como les había comentado el recepcionista, tenía la mejilla bastante inflada con una sustancia de color anaranjado a medio esparcir por ella.
— Chicas, ¡estáis aquí! ¿Por qué estáis aquí? — también parecía... más animado de lo normal. — ¡Deberíais estar detras de ese pedazo de bastardo! ¡Me pegó por decirle lo que todos pensabamos! Claro que su hermano puede ser el culpable, estaba jodidamente raro cuando vino. Quiero decir, ya era raro de por sí, pero la última vez estaba todavía más raro. Y no hay nada más sospechoso que un raro extra raro. ¿Me seguis?
— Lo siento, aún le dura la adrenalina del golpe. Hay ciertas personas que tardan más en procesarla, justo habíamos conseguido que se sentase para curarle y entraron a decir que estabais aquí...