3/02/2016, 23:03
El abuelo tiró la moneda al aire que dio vueltas, y vueltas, y vueltas, y vueltas, y vueltas, y vueltas, hasta caer en la mano abierta del anciano, con la cara de otro señor mayor hacia arriba. De esa cara, nacieron dos sonrisas, una gentil en los labios del mayor y una de pura excitación en la de la niña, que parecia estar a punto de saltarle al cuello
¡Que suerte, jovencita! Le toca el turno a las mozas. Bien, poneos a los bordes del circulo. Haremos combates por turnos, quien caiga al suelo primero pierde este turno, si ambas caeis, independientemente de quien caiga encima de quien o quien haya tirado a quien, sera un combate nulo y se saltara el turno.
Paró un momento para observar a las muchachas por si alguna tenia alguna duda, si ninguna decia nada proseguiria. De mientras, Tsuki se habia levantado y se habia colocado sobre una delgada linea que describia un circulo en el centro de la estancia que apenas tendria un metro de radio, dejando a las kunoichis a dos metros escasos, si Eri tambien se colocaba sobre el borde.
Haced un breve saludo y cuando suene el gong empezara el enfrentamiento.
El anciano esperó a que ambas hubieran presentado sus respetos a su rival, pacientemente, y sin levantar la mirada siquiera, lanzó una especie de orbe de acero a un enorme gong que habia colgado en la pared donde estaba la puerta por donde habian entrado Eri y Nabi, pero que ninguno de los dos habia reparado en él hasta ese instante.
¡DONG!
¡Que suerte, jovencita! Le toca el turno a las mozas. Bien, poneos a los bordes del circulo. Haremos combates por turnos, quien caiga al suelo primero pierde este turno, si ambas caeis, independientemente de quien caiga encima de quien o quien haya tirado a quien, sera un combate nulo y se saltara el turno.
Paró un momento para observar a las muchachas por si alguna tenia alguna duda, si ninguna decia nada proseguiria. De mientras, Tsuki se habia levantado y se habia colocado sobre una delgada linea que describia un circulo en el centro de la estancia que apenas tendria un metro de radio, dejando a las kunoichis a dos metros escasos, si Eri tambien se colocaba sobre el borde.
Haced un breve saludo y cuando suene el gong empezara el enfrentamiento.
El anciano esperó a que ambas hubieran presentado sus respetos a su rival, pacientemente, y sin levantar la mirada siquiera, lanzó una especie de orbe de acero a un enorme gong que habia colgado en la pared donde estaba la puerta por donde habian entrado Eri y Nabi, pero que ninguno de los dos habia reparado en él hasta ese instante.
¡DONG!
—Nabi—
![[Imagen: 23uv4XH.gif]](https://i.imgur.com/23uv4XH.gif)