29/03/2022, 23:00
Lentamente, la silueta se iba acercando más y más. Pronto Daigo consiguió identificarlo como el Mudo. Sus pasos, al principio erráticos, como si solo estuviese dando un paseo, empezaron a conducirle hacia una persona muy concreta: la Matasanos.
Más allá, en el grupo de la Hambrienta, un par de siluetas más empezaron a aproximarse, a más distancia.
El Mudo estaba ya a cinco metros.
A cuatro.
A dos.
¡A uno!
Empezó a agacharse y a estirar la mano, como si fuese a despertar a la Matasanos de un mal sueño.
Más allá, en el grupo de la Hambrienta, un par de siluetas más empezaron a aproximarse, a más distancia.
El Mudo estaba ya a cinco metros.
A cuatro.
A dos.
¡A uno!
Empezó a agacharse y a estirar la mano, como si fuese a despertar a la Matasanos de un mal sueño.