30/03/2022, 02:27
Había que admitir que Siete aprovechó muy bien la situación y pudo poner contra la espada y la pared al ladrón con sus gritos, además de luego atraparlo. Pero, la actitud que tomó luego de eso, no le gustó nada al hombre.
—Eh eh, te me tranquilizas un poco. — Le miró frunciendo el ceño mientras de su bolsillo sacaba su billetera. —Tienes suerte que no me defiendo.
Al tipo se le veía seguro y sin miedo frente al ninja, incluso la tranquilidad del hombre solo estaba invadida por una cierta impotencia y enojo. Sacó los ryo y le extendió la mano.
—Y que no te vea yendo a delatarme cabrón. Ya mucho que te estoy devolviendo esto.
—Eh eh, te me tranquilizas un poco. — Le miró frunciendo el ceño mientras de su bolsillo sacaba su billetera. —Tienes suerte que no me defiendo.
Al tipo se le veía seguro y sin miedo frente al ninja, incluso la tranquilidad del hombre solo estaba invadida por una cierta impotencia y enojo. Sacó los ryo y le extendió la mano.
—Y que no te vea yendo a delatarme cabrón. Ya mucho que te estoy devolviendo esto.