30/03/2022, 12:03
Kimi rio y dejó las orejas rosas para coger las que le había apuntado su hermana y comprarlas, antes de ponérselas y sonreírle.
— ¿Estas me quedan mejor? —Le preguntó, aunque lo cierto es que ya sabía que le diría que sí.
Luego de aquello, Kimi se dejó las orejas puestas toda la noche mientras llevaba a su hermana a ver cosas. No parecía que hubiese mucho que hacer para ellas, pero estaba bien. La menor estaba contenta solo con pasear.
— Me gustó mucho el concierto de esta tarde... —Le comentó a su hermana mientras andaban—. No te lo había contado nunca, creo, pero antes de ser ninja, mi sueño era ser...
Mientras estaba hablando, su mirada se fue hacia una esquina que daba a otra calle. Fue solo durante un instante, pero si chica miraba hacia allí también la vería. Una mujer que debería estar en sus treinta, muy alta y de tez muy oscura, los ojos morados y una cola de caballo alta que le llegaba hasta la espalda baja.
Aquella mujer llevaba un Yukata negro que no le llegaba a las rodillas con el kanji de Sur (南) en azul eléctrico en la espalda rodeado por un círculo dorado y unos pantalones azules también cortos por debajo, a pesar de que todavía estaba lloviendo tan fuerte como siempre. Por sus fuertes piernas estaba claro que estaba mucho más que entrenada, y por su actitud también era obvio que no estaba allí precisamente por las festividades.
Miró a un lado y a otro antes de desaparecer de la vista de ambas chicas. No parecía haberse percatado de la presencia de las hermanas.
— ¿Mamá? —Los ojos de Kimi se abrieron como platos y se iluminaron antes de que la chica saliese corriendo hacia allí—. ¡Era cierto, está aquí!
— ¿Estas me quedan mejor? —Le preguntó, aunque lo cierto es que ya sabía que le diría que sí.
Luego de aquello, Kimi se dejó las orejas puestas toda la noche mientras llevaba a su hermana a ver cosas. No parecía que hubiese mucho que hacer para ellas, pero estaba bien. La menor estaba contenta solo con pasear.
— Me gustó mucho el concierto de esta tarde... —Le comentó a su hermana mientras andaban—. No te lo había contado nunca, creo, pero antes de ser ninja, mi sueño era ser...
Mientras estaba hablando, su mirada se fue hacia una esquina que daba a otra calle. Fue solo durante un instante, pero si chica miraba hacia allí también la vería. Una mujer que debería estar en sus treinta, muy alta y de tez muy oscura, los ojos morados y una cola de caballo alta que le llegaba hasta la espalda baja.
Aquella mujer llevaba un Yukata negro que no le llegaba a las rodillas con el kanji de Sur (南) en azul eléctrico en la espalda rodeado por un círculo dorado y unos pantalones azules también cortos por debajo, a pesar de que todavía estaba lloviendo tan fuerte como siempre. Por sus fuertes piernas estaba claro que estaba mucho más que entrenada, y por su actitud también era obvio que no estaba allí precisamente por las festividades.
Miró a un lado y a otro antes de desaparecer de la vista de ambas chicas. No parecía haberse percatado de la presencia de las hermanas.
— ¿Mamá? —Los ojos de Kimi se abrieron como platos y se iluminaron antes de que la chica saliese corriendo hacia allí—. ¡Era cierto, está aquí!