4/02/2016, 18:47
Karamaru concordaba con su compañero. Solamente dos shinobis habían logrado lo que un pueblo enterado no pudo. Habían enfrentado miedos, enemigos peligrosos, fuego, dolor, lágrimas, gritos y muchas más cosas pero finalmente sobrevivieron. Fueron momentos terribles y crueles pero en la más intensa tormenta puede surgir una flor así como en los tiempos de desesperación y muerte surgió una amistad. El calvo, así como se prometió no olvidarse fácilmente de la rubia y su pueblo, no quería olvidarse del peliblanco. Era la primer persona con la que lograba una fuerte relación desde que había salido del templo y en cierto modo le agradaba hacer amigos.
Kazuma levantó el puño en gesto de saludo y el calvo sin dudarlo se lo devolvió. Un choque de puños que causó un sentimiento especial en el shinobi, como si de nostalgia se tratara. Al parecer no le gustaba despedirse de un buen amigo.
¿Revolución? La próxima vez quiero sentir en carne y hueso el poder de esa espada.
Y te aviso, yo no "espero" volver a encontrarnos, quiero hacerlo. Y te recomiendo que estés preparado, porque daré todo.
Sin contestación, una respuesta que quedo en el aire, y una sonrisas compartidas. Karamaru se quedó quieto en el lugar viendo al peliblanco alejarse hasta perderlo de vista, ojalá algún día sus caminos vuelvan a cruzarse y como Kazuma bien había dicho en una situación un poco más calma.
Tal vez solo tomar té o compartir experiencias, salir a caminar o jugar a algo. Eran shinobis pero eso no los excluía de poder pasar un buen rato cada tanto. Pero tenía que volver a casa y dejar de pensar en tantas cosas que en ese momento no tenían importancia.
Comenzó a caminar hasta la frontera con el País del Bosque para estar a cada segundo más cerca de su hogar. Menos mal que no tenía mascotas que cuidar pero qué tal estaban sus plantas era lo que le preocupaba. ¿Se habían marchitado? ¿O estarían más verdes que nunca? Ya todo parecía tan distante, tanto su casa como el pueblo, y sentía como encontrarse en el medio de la nada. Sin lugar a dudas llevarse un título de héroe acompañado de una canción era algo que algún día contaría a sus nietos o a los más pequeños.
Kazuma levantó el puño en gesto de saludo y el calvo sin dudarlo se lo devolvió. Un choque de puños que causó un sentimiento especial en el shinobi, como si de nostalgia se tratara. Al parecer no le gustaba despedirse de un buen amigo.
¿Revolución? La próxima vez quiero sentir en carne y hueso el poder de esa espada.
Y te aviso, yo no "espero" volver a encontrarnos, quiero hacerlo. Y te recomiendo que estés preparado, porque daré todo.
Sin contestación, una respuesta que quedo en el aire, y una sonrisas compartidas. Karamaru se quedó quieto en el lugar viendo al peliblanco alejarse hasta perderlo de vista, ojalá algún día sus caminos vuelvan a cruzarse y como Kazuma bien había dicho en una situación un poco más calma.
Tal vez solo tomar té o compartir experiencias, salir a caminar o jugar a algo. Eran shinobis pero eso no los excluía de poder pasar un buen rato cada tanto. Pero tenía que volver a casa y dejar de pensar en tantas cosas que en ese momento no tenían importancia.
Comenzó a caminar hasta la frontera con el País del Bosque para estar a cada segundo más cerca de su hogar. Menos mal que no tenía mascotas que cuidar pero qué tal estaban sus plantas era lo que le preocupaba. ¿Se habían marchitado? ¿O estarían más verdes que nunca? Ya todo parecía tan distante, tanto su casa como el pueblo, y sentía como encontrarse en el medio de la nada. Sin lugar a dudas llevarse un título de héroe acompañado de una canción era algo que algún día contaría a sus nietos o a los más pequeños.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘