2/04/2022, 22:07
— De acuerdo. —Le contestó, con una sonrisa amable.
Chika siguió a su padre por las calles de Shinogi-To hasta la mencionada taberna, pues aquel lugar era la única pista que tenían. Al llegar, pudieron comprobar que no había demasiada gente dentro, aunque ninguna de aquellas personas les daba buena espina, realmente.
Raijin se sentó frente a la barra, dejando un espacio libre para su hija, antes de pedir zumo de naranja para los dos, que les fueron servidos por un hombre alto, delgado y calvo con un tatuaje de serpiente azul en un costado de la cabeza.
No tuvieron que esperar demasiados minutos, hasta que uno de los comensales se acercase hacia ellos y se sentase al lado de Raijin.
Se trataba de un hombre encapuchado que vestía totalmente de negro y al que solo se le podían ver las manos, que parecían haber sufrido terribles quemaduras tiempo atrás. Vamos, que no podría ser más sospechoso incluso si lo intentaba.
— Vaya, Raijin-kun, me alegro de verte con vida. —Por su voz, Chika podía sospechar que tenía unos treinta y pico.
— ¿Quién eres? —Preguntó Raijin, confundido.
— Un amigo. —Respondió, simplemente, antes de inclinarse para mirar a Chika—. ¿Dónde está Kimi-chan? Pensaba que estaría más emocionada por venir.
Raijin frunció el ceño, parecía que estaba bromeando con él y eso no le gustaba nada.
— Sabes exactamente dónde está Kimi.
El encapuchado se mostró genuinamente confundido.
— ¿Qué?
Chika siguió a su padre por las calles de Shinogi-To hasta la mencionada taberna, pues aquel lugar era la única pista que tenían. Al llegar, pudieron comprobar que no había demasiada gente dentro, aunque ninguna de aquellas personas les daba buena espina, realmente.
Raijin se sentó frente a la barra, dejando un espacio libre para su hija, antes de pedir zumo de naranja para los dos, que les fueron servidos por un hombre alto, delgado y calvo con un tatuaje de serpiente azul en un costado de la cabeza.
No tuvieron que esperar demasiados minutos, hasta que uno de los comensales se acercase hacia ellos y se sentase al lado de Raijin.
Se trataba de un hombre encapuchado que vestía totalmente de negro y al que solo se le podían ver las manos, que parecían haber sufrido terribles quemaduras tiempo atrás. Vamos, que no podría ser más sospechoso incluso si lo intentaba.
— Vaya, Raijin-kun, me alegro de verte con vida. —Por su voz, Chika podía sospechar que tenía unos treinta y pico.
— ¿Quién eres? —Preguntó Raijin, confundido.
— Un amigo. —Respondió, simplemente, antes de inclinarse para mirar a Chika—. ¿Dónde está Kimi-chan? Pensaba que estaría más emocionada por venir.
Raijin frunció el ceño, parecía que estaba bromeando con él y eso no le gustaba nada.
— Sabes exactamente dónde está Kimi.
El encapuchado se mostró genuinamente confundido.
— ¿Qué?