La Lealtad

[Kaminari Kimi]

Todo el había sentido pasar a Chika por todo el medio de la pelea, pero nadie pudo reaccionar de ninguna forma para intentar perseguirla. Todos estaban demasiado ocupados con Raijin.

Al entrar a la cueva, Chika se encontró, pues... con cueva. Solo había un único camino sin iluminar que bajaba poco a poco y al final pudo ver una luz inconsistente, como la de unas antorchas, pero por el ángulo no podía ver mucho más allá.

Luego de cruzar todo el camino, la Kaminari acabó por encontrarse con una sala circular de unos 15 metros de diámetro iluminada por antorchas, con una plataforma circular de 10 metros de diámetro a un metro de altura. No habían escaleras de ningún tipo para subir de la plataforma, pero al otro lado de la plataforma había lo que debía ser el asiento más incómodo del mundo: una piedra con forma de sillón. En él, pudo ver a la misma mujer que había visto anoche, acariciando la cabeza de Kimi, que estaba recostada en sus piernas, inconsciente.

— ¿Hmmm? —Incluso si Chika intentaba andar sigilosamente, no tuvo problemas en reparar en su presencia—. ¿Y tú quién eres?