9/04/2022, 14:12
Las kunoichis volverían sobre sus pasos sin mucho problema. El rio seguía en el mismo sitio y las endebles ruinas que habían encontrado en la ida, seguían exactamente en el estado en que las dejaron. El rio fluía y, aunque había cantidad de agua y algo de luz solar ocasional, no había una sola planta en su campo de visión. Incluso la flora temía a Yachi, el río. Tardarían un rato en desandar el camino corrido y otro más en encontrar algo nuevo y digno de mención.