11/05/2015, 20:15
—Debo admitir que estoy sorprendida, no esperaba en ti un deseo tan maduro.
Los hermanos Eikyu se encontraban esta vez de camino hacia uno de los lugares más emblematicos del mundo shinobi, el Valle del Fin. El lugar donde se libró una gran batalla, donde los kages dieron sus vidas.
— No se porque te extrañas tanto, es un lugar al que todo shinobi debería ir a ver — contestó el pelinegro, sintiendose casi hasta ofendido por el comentario de su hermana, aunque ya estaba acostumbrado.
Ambos shinobis llevaban varios dias de viaje. Realmente Juro no se lo acababa de creer del todo. Su hermana había accedido a llevarle, a un viaje de varios días para contemplar las estatuas, así, sin más...Al mirar su marcha despreocupada se preguntaba que estaría pasando por su cabeza en esos momentos.
Pero eso no era lo importante. Lo importante era que ya estaban a punto de llegar. Estaban muy cerca del límite de los tres países. O al menos eso le decía Katsue. El no tenía demasiada idea de interpretar un mapa. Sin ella estaba más que perdido, pero eso no le impidiría no haber ido. Quizas por eso había accedido a acompañarle.
— ¿Entoncés ya estamos cerca? — preguntó, ilusionado.
— Muy cerca — por una vez, pudo apreciar la sonrisa de Katsue al verle así..
— Sera genial. Podremos ver el lugar, hablar de la historia. Sera un buen momento entre her...
— ¿Que? ¿Momento de Hermanos? Creo que te confundes — su hermana le cortó casi instantaneamente, sin dejarle terminar — Creía que querías reflexionar y esas cosas, yo solo estorbaría.
¿Eh? — Juro había bajado de las nubes en cuanto su hermana pronunció esas palabras.
— Tengo que hacer un par de cosas por la zona. Te dejare un rato por la zona y luego ire a por ti. Creeme, es una experiencia que deberías vivir por ti mismo. Y por amor de dios, ni se te ocurra irte por ahí, que luego no te encuentro.
Juro se cruzó de brazos y asintió vagamente. No supo distinguir entre si su hermana decía la verdad, o era una simple excusa para ir a lo suyo. De todas formas no puso más pegas, en cuanto se lo permitió, salió corriendo hacía el lugar...
Al llegar pudo observar el paisaje que había. Las dos estatuas una frente a otra, la gran cascada creada por la increíble técnica, la otra estatua al otro lado...Era un paisaje magnifico, tanto que no pudo contenerse a murmurarle.
— Es increíble que pudiesen hacer algo así...
Después de decirlo, se dió cuenta de que había alguien mas con él. Una chica de estatura mediana, más alta que él. Tenia una bandana de Amegakure, y parecía estar ensimismada en sus pensamientos. Aun así se sintió avergonzado al darse cuenta del dato, y rapidamente intentó solucionarlo.
— Oh, no me había fijado... - tanto por la timidez que tenía con la gente, como por los nervios acabo trabándose y no acabando la frase — Em...Hola.
Puso una sonrisa temblorosa al hablar. Tanto problema para expresarse empezaba a sacarle los colores...
Los hermanos Eikyu se encontraban esta vez de camino hacia uno de los lugares más emblematicos del mundo shinobi, el Valle del Fin. El lugar donde se libró una gran batalla, donde los kages dieron sus vidas.
— No se porque te extrañas tanto, es un lugar al que todo shinobi debería ir a ver — contestó el pelinegro, sintiendose casi hasta ofendido por el comentario de su hermana, aunque ya estaba acostumbrado.
Ambos shinobis llevaban varios dias de viaje. Realmente Juro no se lo acababa de creer del todo. Su hermana había accedido a llevarle, a un viaje de varios días para contemplar las estatuas, así, sin más...Al mirar su marcha despreocupada se preguntaba que estaría pasando por su cabeza en esos momentos.
Pero eso no era lo importante. Lo importante era que ya estaban a punto de llegar. Estaban muy cerca del límite de los tres países. O al menos eso le decía Katsue. El no tenía demasiada idea de interpretar un mapa. Sin ella estaba más que perdido, pero eso no le impidiría no haber ido. Quizas por eso había accedido a acompañarle.
— ¿Entoncés ya estamos cerca? — preguntó, ilusionado.
— Muy cerca — por una vez, pudo apreciar la sonrisa de Katsue al verle así..
— Sera genial. Podremos ver el lugar, hablar de la historia. Sera un buen momento entre her...
— ¿Que? ¿Momento de Hermanos? Creo que te confundes — su hermana le cortó casi instantaneamente, sin dejarle terminar — Creía que querías reflexionar y esas cosas, yo solo estorbaría.
¿Eh? — Juro había bajado de las nubes en cuanto su hermana pronunció esas palabras.
— Tengo que hacer un par de cosas por la zona. Te dejare un rato por la zona y luego ire a por ti. Creeme, es una experiencia que deberías vivir por ti mismo. Y por amor de dios, ni se te ocurra irte por ahí, que luego no te encuentro.
Juro se cruzó de brazos y asintió vagamente. No supo distinguir entre si su hermana decía la verdad, o era una simple excusa para ir a lo suyo. De todas formas no puso más pegas, en cuanto se lo permitió, salió corriendo hacía el lugar...
Al llegar pudo observar el paisaje que había. Las dos estatuas una frente a otra, la gran cascada creada por la increíble técnica, la otra estatua al otro lado...Era un paisaje magnifico, tanto que no pudo contenerse a murmurarle.
— Es increíble que pudiesen hacer algo así...
Después de decirlo, se dió cuenta de que había alguien mas con él. Una chica de estatura mediana, más alta que él. Tenia una bandana de Amegakure, y parecía estar ensimismada en sus pensamientos. Aun así se sintió avergonzado al darse cuenta del dato, y rapidamente intentó solucionarlo.
— Oh, no me había fijado... - tanto por la timidez que tenía con la gente, como por los nervios acabo trabándose y no acabando la frase — Em...Hola.
Puso una sonrisa temblorosa al hablar. Tanto problema para expresarse empezaba a sacarle los colores...
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60