11/04/2022, 18:56
El perro alzó una ceja en un gesto demasiado humano para lo que Nao estaba acostumbrado, siendo que el animal bajó la bolsita al suelo y clavó sus ojos fijamente en la kunoichi.
—¿¡Dejarte a cargo de mi almuerzo!? JAJA PRIMERO MUERTO QUE DARTE MIS SANDWICHES DE POLLO — ladró el can enseñando los dientes.
El joven Nao parpadeó, tratando de esconder infructuosamente su sorpresa ante la perfecta habilidad del perro para comunicarse en el lenguaje humano. Ciertamente sabía que los animales ninja eran inteligentes, pero no a ese nivel. Como fuese, sería de ayuda mientras pudiera indicarles donde estaba Karaga.
—A buena hora han regresado, ¿no podía tardarse algo más...? — Bufú, observándolos de pies a cabeza. --¿Realmente trajeron algo? Los veo con las manos demasiado vacías.
El joven movió el pincel en su boca y rodó los ojos.
—Utilizamos fūinjutsu.
—Bah, esas brujerías — Se dió la vuelta y tomó de nuevo la bolsita. —¡Sgnm! Ls llvr cn Krg — Masculló para luego abrir la puerta con una de sus patas.
El joven Nao se quedó observando a su compañera.
—Creo que quiere que lo sigamos — Se encogió de hombros para luego irse por el pasillo que tomó el perro.
Pasarían por el recinto que estaba bastante vacío, aunque era posible ver algunos animales domésticos que jugaban en algunos grandes patios del interior. Tras seguir al doberman, este llegaría hasta otra puerta y la abriría, siendo que adentro estaba una kunoichi morena de pelos rizados, con una bata blanca encima de sus ropas de shinobi.
—¿Oh...? No los esperaba tan pronto — diría bajando su taza de café y cruzándose de piernas en su asiento.
—¿¡Dejarte a cargo de mi almuerzo!? JAJA PRIMERO MUERTO QUE DARTE MIS SANDWICHES DE POLLO — ladró el can enseñando los dientes.
El joven Nao parpadeó, tratando de esconder infructuosamente su sorpresa ante la perfecta habilidad del perro para comunicarse en el lenguaje humano. Ciertamente sabía que los animales ninja eran inteligentes, pero no a ese nivel. Como fuese, sería de ayuda mientras pudiera indicarles donde estaba Karaga.
—A buena hora han regresado, ¿no podía tardarse algo más...? — Bufú, observándolos de pies a cabeza. --¿Realmente trajeron algo? Los veo con las manos demasiado vacías.
El joven movió el pincel en su boca y rodó los ojos.
—Utilizamos fūinjutsu.
—Bah, esas brujerías — Se dió la vuelta y tomó de nuevo la bolsita. —¡Sgnm! Ls llvr cn Krg — Masculló para luego abrir la puerta con una de sus patas.
El joven Nao se quedó observando a su compañera.
—Creo que quiere que lo sigamos — Se encogió de hombros para luego irse por el pasillo que tomó el perro.
Pasarían por el recinto que estaba bastante vacío, aunque era posible ver algunos animales domésticos que jugaban en algunos grandes patios del interior. Tras seguir al doberman, este llegaría hasta otra puerta y la abriría, siendo que adentro estaba una kunoichi morena de pelos rizados, con una bata blanca encima de sus ropas de shinobi.
—¿Oh...? No los esperaba tan pronto — diría bajando su taza de café y cruzándose de piernas en su asiento.