13/04/2022, 08:44
El poco tiempo que faltaba para que todo allí explote era una espera lenta, una eterna incertidumbre que te provoca de todo menos paciencia. Un shinobi de ojos y pelo rojo le hizo salir de ese estado ensimismado, pero aún seguía muy pensativa. De hecho, se asustó un poco al notar su voz y ver que se dirigía a ella.
—¿Qué tal? — Le respondió tímida.
Era más grande que ella, en edad y cuerpo también. Evidentemente no era el único, había muchos más que cumplían con la características y eso le traía varias cosas a la cabeza ¿Estaba bien preparada para todo eso? Quizá muy pocos estaban realmente preparados para la situación que se venía, pero probablemente si habían hecho lo posible para estar fuertes ese día. Ya ni siquiera era lo físico, que allí la chica se podía excusar muy fácilmente.
—Nara Jun. Un gusto, Toshio. — Secó la sudoración de su mano con el pantalón y luego extendió la misma, presentándose frente al pelirrojo.
«¿Todos se preparan durante toda su vida para llegar a este día? ... No, segura que no.» Recordó por un momento una pequeña charla que tuvo con un uzujin y un tanuki disfrazado de humano. «Honor, venganza, fama, reconocimiento, dinero. Hay mil motivos por la que la gente se entrena y se mete en esto. Obvio que a la gente quiere defender con espada y escudo su lugar y sus ideales pero, de en serio, ¿alguien realmente se entusiasma por una guerra? ¿Alguien se preparó toda su vida para este momento? ¿Por qué luchan realmente?»
—Dime una cosa. — Lo miró, intentando esconder aunque sea un poco sus nervios. —¿Estás realmente tranquilo? Digo, no se te nota nervioso pero se me hace imposible imaginar que alguien esté totalmente calmo en esta situación.
«¿Por qué lucho yo?»
—¿Qué tal? — Le respondió tímida.
Era más grande que ella, en edad y cuerpo también. Evidentemente no era el único, había muchos más que cumplían con la características y eso le traía varias cosas a la cabeza ¿Estaba bien preparada para todo eso? Quizá muy pocos estaban realmente preparados para la situación que se venía, pero probablemente si habían hecho lo posible para estar fuertes ese día. Ya ni siquiera era lo físico, que allí la chica se podía excusar muy fácilmente.
—Nara Jun. Un gusto, Toshio. — Secó la sudoración de su mano con el pantalón y luego extendió la misma, presentándose frente al pelirrojo.
«¿Todos se preparan durante toda su vida para llegar a este día? ... No, segura que no.» Recordó por un momento una pequeña charla que tuvo con un uzujin y un tanuki disfrazado de humano. «Honor, venganza, fama, reconocimiento, dinero. Hay mil motivos por la que la gente se entrena y se mete en esto. Obvio que a la gente quiere defender con espada y escudo su lugar y sus ideales pero, de en serio, ¿alguien realmente se entusiasma por una guerra? ¿Alguien se preparó toda su vida para este momento? ¿Por qué luchan realmente?»
—Dime una cosa. — Lo miró, intentando esconder aunque sea un poco sus nervios. —¿Estás realmente tranquilo? Digo, no se te nota nervioso pero se me hace imposible imaginar que alguien esté totalmente calmo en esta situación.
«¿Por qué lucho yo?»