13/04/2022, 11:37
Los 50 ryos le caían como anillo al dedo al Senju, es como si no tuvo que haber pagado el paraguas. Justamente era la misma plata que le cobró el ladrón, la cual luego recuperó, y, a su vez, el impuesto a la "protección" que le cobró Hayato. Por lo que todo había salido redondo ¿El ladrón sabía realmente el precio del paraguas? Vaya a saber uno. Quizás era solo una vuelta del destino, ese del que tanto marcaba a Siete. Tal vez, solo casualidad.
Sea como sea, el hombre hizo el intercambio. Tomó el dinero y le dio el paraguas, tal como tuvo que pasar en un principio.
—Gracias a ti, uzujin. Espero volver a vert por aquí.
El vendedor saludó de lejos con la mano mientras el chico se retiraba de la tienda.
Por fin ya tenía el paraguas para resguardarse de la lluvia eterna de Ame. Más o menos fuerte, siempre iba a caer agua desde los cielos.
—Pz Pz. — Iba a escuchar Siete al lado suyo. —Frutos del bosque, caminemos un rato.
Dejó una pausa y se sacó la capucha para que vea quien era, aunque creía que con lo anterior ya lo notaría.
—Vi todo.
Sea como sea, el hombre hizo el intercambio. Tomó el dinero y le dio el paraguas, tal como tuvo que pasar en un principio.
—Gracias a ti, uzujin. Espero volver a vert por aquí.
El vendedor saludó de lejos con la mano mientras el chico se retiraba de la tienda.
Por fin ya tenía el paraguas para resguardarse de la lluvia eterna de Ame. Más o menos fuerte, siempre iba a caer agua desde los cielos.
—Pz Pz. — Iba a escuchar Siete al lado suyo. —Frutos del bosque, caminemos un rato.
Dejó una pausa y se sacó la capucha para que vea quien era, aunque creía que con lo anterior ya lo notaría.
—Vi todo.