13/04/2022, 23:47
Kōri tenía esa mala costumbre. La de lanzar una frase evocadora y luego marcharse. Era algo a lo que Daruu estaba acostumbrado, pero aún así en aquella ocasión en particular le molestó más de lo habitual. El Hyūga gruñó y se quedó mirando la figura de Kōri a través del escaparate de la Pastelería de Kiroe-chan. Hasta que descubrió una pequeña cabeza rojiza por el rabillo del ojo.
—Llevas escuchando desde hace un rato, ¿verdad? —suspiró Daruu. Chiiro soltó un gritito ahogado y trató de esconder la cabeza debajo de la mesa. Se dio un coscorrón—. Eh, cuidado, zoquete. —rio Daruu.
—No es justo. Son esos ojos, ¿verdad?
—El Byakugan no funciona así... Además, a mí me resulta muchísimo más curioso el poder omnisciente de mamá para enterarse de todas esas cosas... ¿a ti no? —Daruu lanzó a Chiiro una mirada significativa. La pequeña rehuyó los enigmáticos ojos blancos del Hyūga y bufó.
—Perdón.
—¿Qué te ha ofrecido? ¿Cómo te ha comprado?
—Una semana sin fregar.
—Interesante. Bueno, habrá que preguntarle qué más quiere saber. Ofrece mejor recompensa que las misiones de la aldea.
Daruu dedicó el resto del día a pasarlo con su familia, como debía ser. Con los suyos. Algo que podría hacer mucho menos si tenía que coordinar las acciones de toda Amegakure. Si tenía que portar el peso del sombrero.
Eran tiempos de esas cosas. De pasarlos con los seres queridos.
Porque quedaba la duda de si podría volver a repetirlo mucho más después de que se enfrentasen a Kurama.
—Llevas escuchando desde hace un rato, ¿verdad? —suspiró Daruu. Chiiro soltó un gritito ahogado y trató de esconder la cabeza debajo de la mesa. Se dio un coscorrón—. Eh, cuidado, zoquete. —rio Daruu.
—No es justo. Son esos ojos, ¿verdad?
—El Byakugan no funciona así... Además, a mí me resulta muchísimo más curioso el poder omnisciente de mamá para enterarse de todas esas cosas... ¿a ti no? —Daruu lanzó a Chiiro una mirada significativa. La pequeña rehuyó los enigmáticos ojos blancos del Hyūga y bufó.
—Perdón.
—¿Qué te ha ofrecido? ¿Cómo te ha comprado?
—Una semana sin fregar.
—Interesante. Bueno, habrá que preguntarle qué más quiere saber. Ofrece mejor recompensa que las misiones de la aldea.
Daruu dedicó el resto del día a pasarlo con su familia, como debía ser. Con los suyos. Algo que podría hacer mucho menos si tenía que coordinar las acciones de toda Amegakure. Si tenía que portar el peso del sombrero.
Eran tiempos de esas cosas. De pasarlos con los seres queridos.
Porque quedaba la duda de si podría volver a repetirlo mucho más después de que se enfrentasen a Kurama.