14/04/2022, 11:22
Parecía que habían dado en el clavo con el pedazo de arma que le llevaron a su clienta. Después del silencio, Karaga expresó que esperaba mucho menos de lo que habían llevado. Aunque le perturbó un poco la sonrisa con la que miraba el arma, era cuanto menos extraña.
—Oh... lo siento. — Expresó al escuchar lo del perro. Lo que había pasado la otra vez es que se había quedado hablando más tiempo, pero en esta oportunidad salió como bala directamente a la acción.
De todos modos, parecía cuanto menos curioso que quisiesen darle todos los detalles a ella. Parecía que el perro iba a aclarar los detalles de que objeto estaban por buscar. Por lo que queda aún una duda ¿Sabían Kagekatsu y Karaga que ella leyó la carta? Era de las preguntas menos importantes, pero con la información de la carta pudieron deducir gran parte de toda la misión. Si tan solo Ryogaku hubiera llegado a darle la información, todo hubiera sido mucho menos engorroso.
—Y menos mal que fue así. Para serle sincera, gracias a Nao dedujimos mucha de las cosas que necesitábamos saber para encontrar eso. No se si pudiera haberlo hecho sola sin la información que me faltó oír de Ryogaku. — Se sinceró frente a todos.
Tenía que admitir que gran parte de las deducciones vinieron del lado del chico, ella sentía que más bien solo había aportado algún que otro dato útil y alguna opinión que pudo servir.
La mujer, luego de dejar su bebida, admitió que su senpai se alegraría mucho con ese objeto ¿Quién se podía alegrar con un objeto que, probablemente, había sido artífice de un asesinato? Digamos que el ex jōnin no estaba en sus cabales como para pensar con lógica, pero solo había pocas opciones por las que alguien se alegraría de tener eso. Estaba loco pero parecía ser bastante inteligente y eso no lo podía negar.
—Espera, ¿por qué Kagekatsu se pondría feliz con eso? — Preguntó extrañada, mirando con confusión a la Inuzuka. —¿Qué pasó exactamente allí? ¿Quién fue la victima? — Miró, ahora, el metal ensangrentado. Estando en la casa y sin aún haber visto el arma, ya la chica había imaginado que lo que había pasado ahí no había sido un simple asesinato, y necesitaba saber bien que fue si querían llegar a fondo con eso.
Tenía alguna que otra pregunta más, pero quizá con la explicación de esas preguntas se le presentaran más piezas para terminar ese rompecabezas que se habían armado con su compañero.
—Oh... lo siento. — Expresó al escuchar lo del perro. Lo que había pasado la otra vez es que se había quedado hablando más tiempo, pero en esta oportunidad salió como bala directamente a la acción.
De todos modos, parecía cuanto menos curioso que quisiesen darle todos los detalles a ella. Parecía que el perro iba a aclarar los detalles de que objeto estaban por buscar. Por lo que queda aún una duda ¿Sabían Kagekatsu y Karaga que ella leyó la carta? Era de las preguntas menos importantes, pero con la información de la carta pudieron deducir gran parte de toda la misión. Si tan solo Ryogaku hubiera llegado a darle la información, todo hubiera sido mucho menos engorroso.
—Y menos mal que fue así. Para serle sincera, gracias a Nao dedujimos mucha de las cosas que necesitábamos saber para encontrar eso. No se si pudiera haberlo hecho sola sin la información que me faltó oír de Ryogaku. — Se sinceró frente a todos.
Tenía que admitir que gran parte de las deducciones vinieron del lado del chico, ella sentía que más bien solo había aportado algún que otro dato útil y alguna opinión que pudo servir.
La mujer, luego de dejar su bebida, admitió que su senpai se alegraría mucho con ese objeto ¿Quién se podía alegrar con un objeto que, probablemente, había sido artífice de un asesinato? Digamos que el ex jōnin no estaba en sus cabales como para pensar con lógica, pero solo había pocas opciones por las que alguien se alegraría de tener eso. Estaba loco pero parecía ser bastante inteligente y eso no lo podía negar.
—Espera, ¿por qué Kagekatsu se pondría feliz con eso? — Preguntó extrañada, mirando con confusión a la Inuzuka. —¿Qué pasó exactamente allí? ¿Quién fue la victima? — Miró, ahora, el metal ensangrentado. Estando en la casa y sin aún haber visto el arma, ya la chica había imaginado que lo que había pasado ahí no había sido un simple asesinato, y necesitaba saber bien que fue si querían llegar a fondo con eso.
Tenía alguna que otra pregunta más, pero quizá con la explicación de esas preguntas se le presentaran más piezas para terminar ese rompecabezas que se habían armado con su compañero.