8/02/2016, 18:23
El chakra es un bien valioso. Gastarlo cansa. Gastarlo mucho cansa mucho. Cuando te cansas mucho, te duermes. Y así, Daruu acabó roncando boca-abajo a los pies de un árbol al que le había estado atizando con una técnica secreta. El árbol también se había llevado su parte, por supuesto: una pequeña —pequeñísima— muesca que se había perforado como si un tornillo de un tamaño más grande de lo normal hubiera estado girando pegado a su superficie.
El sueño que estaba teniendo era, por qué no decirlo, un poco loco. Estaba descansando a los pies de una roca que le resguardaba de la lluvia, allá en su patria, comiéndose un bocadillo. Un hombre con cabeza de pez se le había acercado y se había intentado comer el bocadillo, y al lanzarse hacia el pan había agarrado con la boca parte de su mano, y la mordía y la mordía, y el gritaba y chorreaba sangre y la sangre inundaba los campos y...
CHOF.
—¿¡EH, QUIÉN, CÓMO, CUÁNDO, DÓNDE, POR QUÉ, A QUIÉN, DE QUÉ, HASTA DÓNDE!?
Daruu se levantó y cayó rodando por la laderita en la que estaba descansando hasta que la propia fricción con la hierba le hizo frenar. Se dio la vuelta y encaró al río. Las ondulaciones en la superficie del agua delataban que algo o alguien acababa de precipitarse. Dio un paso hacia atrás, temeroso, y esperó un tiempo prudencial hasta que lo que había caído volvió a salir fuera.
Oh. Dios. Santo. ERA UN PEZ. COMO EL DE SU SUEÑO.
Bueno, en realidad tenía un aspecto mucho más humanoide, pero tenía la piel azul, y aunque tenía bandana de Amegakure y todo, como buen genin de Amegakure, ¿qué hacía allí? ¿Y por qué tenía ese aspecto? ¿Y si se había transformado en algún tipo de ente maligno por algún tipo de sello? Su madre le había contado mucho sobre sellos y lo peligrosos que eran.
Daruu cogió una piedra y se la arrojó a la cocorota para comprobar si seguía vivo.
El sueño que estaba teniendo era, por qué no decirlo, un poco loco. Estaba descansando a los pies de una roca que le resguardaba de la lluvia, allá en su patria, comiéndose un bocadillo. Un hombre con cabeza de pez se le había acercado y se había intentado comer el bocadillo, y al lanzarse hacia el pan había agarrado con la boca parte de su mano, y la mordía y la mordía, y el gritaba y chorreaba sangre y la sangre inundaba los campos y...
CHOF.
—¿¡EH, QUIÉN, CÓMO, CUÁNDO, DÓNDE, POR QUÉ, A QUIÉN, DE QUÉ, HASTA DÓNDE!?
Daruu se levantó y cayó rodando por la laderita en la que estaba descansando hasta que la propia fricción con la hierba le hizo frenar. Se dio la vuelta y encaró al río. Las ondulaciones en la superficie del agua delataban que algo o alguien acababa de precipitarse. Dio un paso hacia atrás, temeroso, y esperó un tiempo prudencial hasta que lo que había caído volvió a salir fuera.
Oh. Dios. Santo. ERA UN PEZ. COMO EL DE SU SUEÑO.
Bueno, en realidad tenía un aspecto mucho más humanoide, pero tenía la piel azul, y aunque tenía bandana de Amegakure y todo, como buen genin de Amegakure, ¿qué hacía allí? ¿Y por qué tenía ese aspecto? ¿Y si se había transformado en algún tipo de ente maligno por algún tipo de sello? Su madre le había contado mucho sobre sellos y lo peligrosos que eran.
Daruu cogió una piedra y se la arrojó a la cocorota para comprobar si seguía vivo.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)