27/04/2022, 21:14
(Última modificación: 27/04/2022, 21:14 por Akamatsu Nao.)
La bestia, no pudo defenderse más, en cuanto Lyndis empezó a molerla a golpes, las serpientes se desvanecieron, pero aún libre, los puñetazos siguieron lloviendo ante lo cual el animal simplemente chilló. La ráfaga continuó, y el sonido de un huesos crujientes se hizo presente. Los ojos del animal, se volvieron blancos. Su gutural voz se ahogó, quedando sólo y únicamente el ruido de la violencia. Para cuando Lyndis terminara, no había movimiento alguno, más allá del polvo que se había levantando en el ambiente y ahora volaba silente, deslizándose y alejándose también sobre los cuerpos de los bandidos que habían sido víctimas de la bestia.
El joven de la lluvia se acercó, sólo para darse cuenta de algo alrededor de la bestia. «¿¡Qué demonios!?» saltó para quedar al lado de la kunoichi.
La bestia, comenzó a deshacerse. Su cadáver poco a poco empezó a desprender burbujas de chakra rojizo que se disipaban suavemente. ¿Cómo llegó ahí? ¿Cuál era el objetivo? ¿Qué era esa cosa? No podrían ni siquiera responder la última pregunta, puesto que el cadáver se había comenzado a desvanecer.
—¿Realmente se terminó? — Preguntó a su compañera. En ese momento, él no podía confiar en su propio juicio.
El joven de la lluvia se acercó, sólo para darse cuenta de algo alrededor de la bestia. «¿¡Qué demonios!?» saltó para quedar al lado de la kunoichi.
La bestia, comenzó a deshacerse. Su cadáver poco a poco empezó a desprender burbujas de chakra rojizo que se disipaban suavemente. ¿Cómo llegó ahí? ¿Cuál era el objetivo? ¿Qué era esa cosa? No podrían ni siquiera responder la última pregunta, puesto que el cadáver se había comenzado a desvanecer.
—¿Realmente se terminó? — Preguntó a su compañera. En ese momento, él no podía confiar en su propio juicio.