28/04/2022, 23:36
Caminar por la villa de madrugada era increíblemente refrescante. En vez de tener calles hasta arriba de gente, tenía calles con gatos paseándose sin mirarle siquiera. Además de una refrescante brisa que te despertaba quisieses o no, con un frío primaveral prácticamente asesino.
Tardó mucho menos de lo que esperaba en llegar al acantilado y no parecía que hubiese una sola alma en la parte más alta del lugar.
Pero había decenas de plataformas por comprobar si quería asegurarse. Él y Kinumi solían quedarse en los que estaban algo bajos, prefiriendo la privacidad al miedo al mar.
Tardó mucho menos de lo que esperaba en llegar al acantilado y no parecía que hubiese una sola alma en la parte más alta del lugar.
Pero había decenas de plataformas por comprobar si quería asegurarse. Él y Kinumi solían quedarse en los que estaban algo bajos, prefiriendo la privacidad al miedo al mar.