7/05/2022, 17:52
— ¿¡Cómo que un genin mediocre!? Soy lo mejor de lo mejor. Y... también estoy pensando en volver a abrir la forja.
— Si fueses el mejor serías Chunin, pero no, sigues siendo Genin. Seguro que eres mejor herrero de lo que jamás serás de ninja.
Ella misma se amedentró ante sus palabras. ¿Qué demonios estaba diciendo? ¡Ni siquiera pensaba eso! Su mente había buscado cualquier opción de hacer que Toshio se echase atrás con esa decisión, independientemente de si era verdad o no.
— Ya me he decidido, Kinumi-chan. No puedo huir por siempre.
Bajó la mirada, cogiendo la carta que le tendía el pelirrojo.
— Sí, lo entiendo. No... no quería decir todo eso, es que... me da miedo perderte a ti también. — abrió la boca para decir algo más, pero se contuvo.
¿Qué más quedaba por decir? Ni podía ni quería detenerlo. Eran ninjas, era su cosa. Lo que le daba rabia era que él pudiese ir a pelear y ella no. Había entrenado tanto para ese momento en concreto y ahora tenía que quedarse atrás. Porque con esas heridas, ¿cómo iba a ir a la guerra?
Entonces se dio cuenta de que no se sentía tan mal. De hecho, todas sus heridas parecían haber sanado durante su siesta, a excepción del golpe del cuello que aún podía verse a simple vista. Sin embargo, ni le dolía.
No le hizo mucho caso a eso, empezó a abrir la carta a la espera de que Toshio le contestase antes de empezar a leerla.
— Si fueses el mejor serías Chunin, pero no, sigues siendo Genin. Seguro que eres mejor herrero de lo que jamás serás de ninja.
Ella misma se amedentró ante sus palabras. ¿Qué demonios estaba diciendo? ¡Ni siquiera pensaba eso! Su mente había buscado cualquier opción de hacer que Toshio se echase atrás con esa decisión, independientemente de si era verdad o no.
— Ya me he decidido, Kinumi-chan. No puedo huir por siempre.
Bajó la mirada, cogiendo la carta que le tendía el pelirrojo.
— Sí, lo entiendo. No... no quería decir todo eso, es que... me da miedo perderte a ti también. — abrió la boca para decir algo más, pero se contuvo.
¿Qué más quedaba por decir? Ni podía ni quería detenerlo. Eran ninjas, era su cosa. Lo que le daba rabia era que él pudiese ir a pelear y ella no. Había entrenado tanto para ese momento en concreto y ahora tenía que quedarse atrás. Porque con esas heridas, ¿cómo iba a ir a la guerra?
Entonces se dio cuenta de que no se sentía tan mal. De hecho, todas sus heridas parecían haber sanado durante su siesta, a excepción del golpe del cuello que aún podía verse a simple vista. Sin embargo, ni le dolía.
No le hizo mucho caso a eso, empezó a abrir la carta a la espera de que Toshio le contestase antes de empezar a leerla.