8/05/2022, 18:25
Komachi le miró fijamente por varios segundos. Luego se le acercó algunos pasos y se inclinó hacia ella, como quien observa un mueble nuevo y busca el más mínimo defecto. Claro, Lyndis era más alta que Komachi, pero la presencia de la mujer era absoluta en la sala.
—El gusto es totalmente mío, Lyndis-chan —dijo, retrocediendo un par de pasos y sonriendo incluso más —. Zhaoren, ¿Eh? No me suena para nada, para nada. No importa. Mi nombre es Sagisō Komachi, como imaginarás, la madre de Ranko. Ella está terminando de alistarse, todos lo están. Ya ansiaba conocerte.
Le hizo una suave seña para que la siguiera, y una más al salir de la habitación, indicando que se quitara el calzado, a como ella lo hacía. Apenas lo hiciera, la sirvienta los tomaría y los acomodaría en estantes bajos en la pared, a como hizo con los de Komachi. Sin esperarla la guió por un pasillo hasta una habitación mucho más grande, con una gran alfombra.
—¿Gustas sentarte? —ante sus palabras, una sirvienta más entró a la habitación y, de un armario en la pared, sacó un par de cojines y los colocó en el suelo. Komachi se sentó en uno —. Gracias. Ran-chan y Meme-chan me han contado de ti, Lyndis-chan. Y me despierta mucho la curiosidad de verte en combate. Te... ves como alguien capaz.
Sus ojos brillaron levemente.
—El gusto es totalmente mío, Lyndis-chan —dijo, retrocediendo un par de pasos y sonriendo incluso más —. Zhaoren, ¿Eh? No me suena para nada, para nada. No importa. Mi nombre es Sagisō Komachi, como imaginarás, la madre de Ranko. Ella está terminando de alistarse, todos lo están. Ya ansiaba conocerte.
Le hizo una suave seña para que la siguiera, y una más al salir de la habitación, indicando que se quitara el calzado, a como ella lo hacía. Apenas lo hiciera, la sirvienta los tomaría y los acomodaría en estantes bajos en la pared, a como hizo con los de Komachi. Sin esperarla la guió por un pasillo hasta una habitación mucho más grande, con una gran alfombra.
—¿Gustas sentarte? —ante sus palabras, una sirvienta más entró a la habitación y, de un armario en la pared, sacó un par de cojines y los colocó en el suelo. Komachi se sentó en uno —. Gracias. Ran-chan y Meme-chan me han contado de ti, Lyndis-chan. Y me despierta mucho la curiosidad de verte en combate. Te... ves como alguien capaz.
Sus ojos brillaron levemente.
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