8/05/2022, 23:24
— Pues los dos tendremos que agradecerle, sí. Aunque había prometido que vendría hoy, el muy maldito.
Esta vez, Kinumi no le contestó. Se había quedado completamente blanca leyendo la carta de su padre, fuese lo que fuese que le estuviese contando, era algo duro. Antes de acabar de leer empezó a musitar en un hilillo de voz.
— Mataron a mi madre... — cerró los ojos y la carta con fuerza, intentando contener sus lagrimas. — No... ¿qué?
Respiró hondo, esperando unos segundos antes de volver a abrir los ojos y enfrentarse a la realidad. Cogió la carta y la rompió por la mitad, con los ojos completamente carmesí.
— ¡¿Y me lo ocultó?! ¡¿Qué clase de excusa?! ¡¿QUÉ CLASE DE PADRE?! ¡Y AHORA SE VA ÉL A BUSCAR CULPABLES Y ME DEJA AQUÍ! ¡ASÍ QUE ESOS BASTARDOS FUERON LOS QUE MATARON A MI MADRE! — pisoteó la carta y se dirigió a la puerta, completamente fuera de sí.
Esta vez, Kinumi no le contestó. Se había quedado completamente blanca leyendo la carta de su padre, fuese lo que fuese que le estuviese contando, era algo duro. Antes de acabar de leer empezó a musitar en un hilillo de voz.
— Mataron a mi madre... — cerró los ojos y la carta con fuerza, intentando contener sus lagrimas. — No... ¿qué?
Respiró hondo, esperando unos segundos antes de volver a abrir los ojos y enfrentarse a la realidad. Cogió la carta y la rompió por la mitad, con los ojos completamente carmesí.
— ¡¿Y me lo ocultó?! ¡¿Qué clase de excusa?! ¡¿QUÉ CLASE DE PADRE?! ¡Y AHORA SE VA ÉL A BUSCAR CULPABLES Y ME DEJA AQUÍ! ¡ASÍ QUE ESOS BASTARDOS FUERON LOS QUE MATARON A MI MADRE! — pisoteó la carta y se dirigió a la puerta, completamente fuera de sí.